Como continuación del post litúrgico, con ocasión de un comentario de Mary Lennox y a raíz de una cierta tendencia de algunos sectores católicos, voy a entrar en un punto verdaderamente difícil y complicado.
Es evidente que, desde hace unos años, la Iglesia está en crisis como vive señalando el Santo Padre ya desde el sermón del Cónclave (y aunque venga de mucho más atrás).
Sin intentar ponerle fecha exacta ni nombres propios creo que lo más devastador del problema no está tanto en las conclusiones (que, con más o menos tiempo se puede arreglar) cuanto en la estructura eclesial misma, en el espíritu de los fieles..
Creo que el punto central de la crisis es la excepción convertida en regla.
Si uno mira para un lado encuentra: que la misa según el rito "ordinario" nada tiene que ver con la ordenada en el Concilio sino que es un rejunte de "ad libitum" (licencias), la comunión en la mano es una excepción pero se trata como regla, la lengua vernácula, los revestimientos de los ministros, etc, etc. En definitiva, su frase de cabecera es: "está permitido".
Si uno mira para el otro lado encuentra: en los sacramentos, la "suplencia de jurisdicción" o, en otros casos, el recibirlos de parte de cismáticos; cuestionamientos del magisterio ordinario o extraordinario en público sin respetos ni cuidados; impugnaciones a lo que a uno se le antoja (porque todo tiene un tinte modernoso), faltar a misa porque en la zona sólo existe "la misa nueva", etc, etc. En definitiva, su frase de cabecera es: "ante la crisis se puede".
Creo que es lo más grave porque es una suerte de relativismo con aires de institucionalización.
Habiendo delitmitado el marco, entramos ahora en el tema particular: los católicos "pro orientales".
Son muchas las cuestiones que se podrían plantear aquí pero quiero detenerme en algunas situaciones de excepción convertidas en regla.
Ante la crisis mencionada, en particular desde el punto de vista litúrgico, muchos católicos de buena voluntad salieron espantados a buscar refugio en diversas trincheras. Una de ellas son las Iglesias de rito oriental. En ellas se encontraron con un tesoro litúrgico inconmensurable y, en muchos casos, con una tradición teológica y filosófica completamente nueva y desconocida. En síntesis, encontraron que su fe encontraba una liturgia y un espíritu supuestamente acordes con el propio que sufría a gritos en las iglesias del propio rito.
Aclaro antes de seguir que hasta aquí la cuestión está perfecta. El acercamiento, conocimiento, respeto y veneración a toda la tradición oriental no sólo no es malo sino que está ampliamente recomendado, tanto desde el punto de vista canónico (por los reglamentos particulares) como desde el punto de vista teológico (desde los doctores de la Iglesia hasta la "Orientale Lumen" de Juan Pablo II). La razón es evidente, es la misma Iglesia y se trata de tradiciones no opuestas sino complementarias.
¿Dónde veo entonces el problema? En el abuso.
En primer lugar, lo dicho respecto de aquellos que hacen regla el recibir los sacramentos de parte de iglesias cismáticas. Amparándose en el inc. 2 del C. 844 eligen el rito para asistir a misa como quien elige una película en el cine. Por otra parte hay que notar que se apartan de dicha norma al hacerlo público e incitar a otros a asistir desmereciendo el rito latino.
En segundo lugar a los que, habiendo nacido bajo el rito latino y en la Iglesia latina, abandonaron por completo el rito latino, lo menosprecian (sin poner ni un cuarto del empeño que ponen en seguir los ritos orientales para descubrir la riqueza de los distintos ritos latinos), sobrevaloran la tradición oriental por la occidental, relativizan los dogmas que nos diferencian, etc. etc.
Los dos abusos señalados sueler ir juntos o ser intercambiables. Olvidan también que las Iglesias Orientales han sufrido y todavía sufren grandes crisis, algunas paralelas a las nuestras y otras de las cuales estamos todavía ajenos (divorcio). Todo ello sin mencionar la cantidad de tesoros y joyas que la Iglesia Latina ha aportado al esplendor de la Única Iglesia de Cristo.
Por último, existen montones de católicos que asisten con frecuencia a recibir los sacramentos según el rito oriental sin caer en ninguno de los abusos mencionados.
En cualquier caso, el mandato canónico de respetar el propio rito no es arbitrario ni se trata de una cuestión meramente formal o jurisdiccional. Oriente y occidente han desarrollado dos modos de vida, de oración, de pensamiento, etc. Las diferencias notables entre los dos tipos de vida hace que sea casi imposible adoptar un aspecto (la liturgia, la literatura, etc) sin poseer la misma cosmovisión de la realidad.
Será tema de otro post las diferencias de cosmovisiones históricas entre las dos tradiciones. No obstante, los latinos que adoptan como propios los ritos orientales son algo así como un gaucho que intenta comer su asado con palitos chinos.
Natalio
Pd: Una perla que nos diferencia y me enorgullece es el dogma de la Inmaculada Concepción.
16 comentarios:
Estimado Natalio: Coincido con varias de sus apreciaciones. Y, aunque no soy muy pro-oriental (casi lo único que me gusta de ellos son los íconos, y eso con las salvedades que hace Chesterton), creo que no está muy claro cuándo Vd. se refiere a las Iglesias católicas de rito oriental (donde formalmente no existe el divorcio ni la diferencia de dogmas) y las Iglesias ortodoxas (u otras orientales pre-Calcedonia). Y respecto a un comentario que Vd. hace al pasar, tampoco los ritos latinos no romanos son optativos (si los hubiera en la Argentina).
Por lo demás, coincido con Vd. que apelando al "estado de necesidad" (que propiamente fue pensado para otra situación), mucho tradi hace la vista gorda a muchos excesos disciplinares y doctrinales que podrían hacer peligrar la salud eterna de más de un alma.
Obviamente esto no implica juzgar ningún caso particular pues cada uno hace lo que puede. Reconozco que para tolerar muchas de las cosas que uno tolera todos los domingos en la mayoría de las Misas hay que hacer un esfuerzo sobrehumano, y que además uno tiene que velar por la personas que tiene bajo su cuidado según su estado.
Estimado Cruz y Fierro:
Gracias por su comentario que trae aclaraciones y distinciones necesarias. Las comparto plenamente a todas.
No obstante, y aclarando más el post en esa línea, es evidente que no existen los problemas que ud. señala en ninguna de las iglesias católicas. No me refería a ellas como tampoco creo que se refieren a ella quienes sobrevaloran la vida, las normas, los dogmas, etc de oriente. Es decir, la crítica apuntaba sólo a las iglesias cismáticas y sus promotores occidentales.
De todos modos la crítica también era más en general que en particular. En muchos casos parecen ser diferencias más formales que esenciales (las cuales pueden ser graves también pero es otro tipo de problema). Por ej. con el divorcio tengo entendido que algunas iglesias que lo aceptan son tan estrictos al concederlo que en realidad no se termina tratando de un verdadero divorcio sino de una declaración de nulidad al tipo latino (el tema tiene mil matices demasiado largos). La crítica general es que esa falta de unidad y cierto relativismo de iglesia a iglesia es un verdadero problema para ellos y está lejos de ser un modelo a imitar.
En cuanto a los ritos latinos entiendo que no son optativos para el celebrante pero que no tienen ninguna salvedad para el que asiste.
Por último, suscribo por completo su último párrafo agregando que ese era, justamente, el espíritu del post.
Respetos, estimado amigo y gracias por su frecuente colaboración.
Natalio
Estimado Natalio:
En The Wanderer Vd. me dijo que no hablaba de cismáticos-católicos, sino de Oriente-Occidente. Mi confusión vino porque Vd. en su primer comentario habló de divorcio. Leyendo su post descubro algo: Vd. dice hablar del Oriente, pero le adjudica notas propias de los cismáticos. Existe un ORIENTE CATÓLICO. Imagínese que yo dijera hablar de Occidente, pero al hacerlo adjudicara notas propias del protestantismo. ¿Qué me diría Vd.?
Veo tres graves errores en su post:
1.- La Iglesia Oriental Católica no acepta el divorcio. La ortodoxa no sé, quizás sí.
2.- La Iglesia Oriental Católica acepta el dogma de la Inmaculada Concepción. La ortodoxa no. No es una perla de Occidente sino de la Iglesia Católica, Occidental y Oriental.
3.- Los católicos promotores orientales de los que Vd. habla (le dije que conozco varios), bajo ningún aspecto cumplen el precepto en Iglesias cismáticas. Sí asisten a Iglesias Orientales Católicas. Es una diferencia abismal.
Valeas.
Orual
Estimado Orual:
Gracias por su comentario.
Son evidentemente cuestiones diferentes oriente-occidente/ cismáticos y católicos.
En lo de Wanderer hablé, incluyendo al oriente no católico porque el mismo Wanderer lo hace a menudo junto con muchos otros comentaristas (ej. claro en el post en el que compara los dos obispos o, en este mismo, cuando termina hablando de la infalibilidad papal).
En cuanto a los errores que señala contesto:
1.- No quise decir eso y lo aclaré al contestarle a Cruz y Fierro.
2.- Es verdad pero la realidad es que la formación del dogma recoge una tradición teológica occidental. Por eso digo que es una perla de occidente.
3.- Usted conocerá varios y me parece perfecto, yo también. Por eso digo que no tengo problemas con los pro-orientales católicos. Lo único que planteo respecto de ellos es el problema de rezar con una liturgia ajena a su tradición. Por otra parte, volviendo a qué me refiero y ya que ud. cita a Wanderer le pongo un ejemplo concreto:
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2007/09/al-annimo-desinformado.html
Entre muchos otros. En ese post, en el que le diera origen sobre el obispo Muci y en los post sobre la liturgia renga ud. encontrará en los comentarios a muchos de los católicos a los que me refiero donde aconsejan asistir a ritos diversos como quien aconseja una receta.
Yo, por otra parte, veo a menudo a proorientales (no católicos) que se sienten muy católicos tradicionales.
Si relee el post verá que no tengo nada en contra de quienes asisten a los ritos católicos orientales.
Es un verdadero gusto tenerlo por estos pagos.
Respetos.
Natalio
Estimado Natalio:
Me quedo tranquila. Con las otras afirmaciones no me meto. Sinceramente me parecía confuso el post y los comentarios en The Wanderer. Gracias por responder.
Valeas.
Orual
Estimada Orual, perdone ud. que en mi ignorancia la estaba tratando de caballero.
Gracias por sus comentarios y por su visita. Es verdad que quedó todo muy confuso, intentaré ser más claro en el futuro.
Mis respetos.
Natalio
Muy interesante, incluyendo las aclaraciones en los comentarios.
Estimado Natalio,
antes de comentar nada, quisiera hacerle dos preguntas:
1.- ¿A qué mandato canónico de respetar el propio rito se refiere? La Iglesia permite con total libertal asistir a un rito u otro.
2.- Las frases: "aquellos que eligen el rito para asistir a misa como quien elige una película en el cine", "los latinos que adoptan como propios los ritos orientales son algo así como un gaucho que intenta comer su asado con palitos chinos" y "católicos que aconsejan asistir a ritos diversos como quien aconseja una receta", ¿se refieren a asistir o invitar a Iglesias Orientales Católicas o a Orientales Ortodoxas? Porque si se refiere a asitir a los ortodoxos, el problema es otro y mucho más grave. Si se refiere a asistir a las Litrugias Orientales Católicas, me parece bastante ofensivo y habría mucho que agregar.
Y una aclaración, por las dudas, con respecto a Wanderer: en los dos post citados (que releí completos) nunca invita a Litrugias Ortodoxas. Tampoco a las Orientales Católicas, estrictamente hablando, porque se limita a decir que existen y que muchos van, etc, etc.
Saludos,
Ruth de Misselthwaite, occidental enamorada del Oriente
Estimado Natalio:
No, no me estaba haciendo la sota, sino que me estaban y me están devorando los parciales.
Debido a que ha tenido usted la gentileza de señalarme cuando me faltaba un paso en el razonamiento, le digo:
Tenga cuidado con sus post y comentarios a vuelo de pájaro, recuerde que el que mucho abarca poco aprieta. Con esto me refiero a que usualmente o por lo menos en los últimos post trata de abarcar muchos temas, y estos quedan confusos y muy mezclados poco claros, recuerde lo que dice Ortega y Gasset acerca de la gentileza del intelectual. Un ejemplo es este post, que va de arriba a muchas cosas pasando y confundiendo muchas otras, que sí, son aclaradas en los comentarios. No obstante me parecen interesantes las preguntas de mi amiga, a las que adhiero. Y espero su contestación para poder también hacer un comentario, aunque no sé en qué momento.
Un saludo
Mary
Juan Ignacio:
Gracias por el comentario y la visita, sepa que lo considero un honor.
Respetos.
Natalio
Estimadas Ruth y Mary:
Pido disculpas si han sido ofendidas en su amor oriental por el post, no fue la intención.
También pido disculpas si es demasiado confuso, tampoco fue la intención. De todos modos se trata de un tema demasiado complejo y de un post de un blog, no de un tratado de derecho litúrgico o canónico.
Formuladas las disculpas paso a las aclaraciones.
Me parece que cada uno salta por donde se ve reflejado en el post perdiendo la vista integral del mismo. Será todo lo confuso que se quiera pero hay una idea clara repetida dos veces: el único problema que tengo es con el abuso. Amo la tradición oriental, la reconozco como complementaria, admiro su liturgia, etc, etc. Creo que esta parte, del post y de los comentarios, se pasa por arriba.
Con relación a las preguntas:
A la primera le contesto que existe lo que en derecho canónico se denomina la "filiación legal", paralela a la filiación espiritual. Esta filiación se da respecto del rito y puede encontrarla en los cánones 111 y siguientes. Los canonistas explican que, si bien no hay prohibición de asistir a ritos no propios la regla es la asistencia al que a uno le corresponde por su filiación. Esta norma es más grave para el caso del celebrante prohibiendo directamente la celebración de otro rito sin autorización y, en especial, su cambio de filiación.
A la segunda le contesto que justamente lo que impugno y considero un abuso es el recomendar sin distinguir. Si lee el post el punto central al que me refiero es a asistir a misa o recibir sacramentos de parte de cismáticos (en clara referencia, no sólo de los ortodoxos sino de todas las iglesias orientales que no están en comunión con Roma). Admitiendo que se permite por excepción, considero que es un "abuso" convertirlo en regla.
Distinto es el caso (ahora es ud. la que mezcla frases sin distinguir) del que adopta como propia la liturgia y, en general, la tradición oriental (sea católica o no), a la que aludo con la frase "comer asado con palitos chinos". En este caso no lo veo como algo malo en sí, sino más bien como algo no conveniente desde el punto de vista espiritual y, en esa medida, imposible de absolutizar por la cantidad de casos y situaciones diferentes.
Con respecto a su defensa de Wanderer aclaro que no dije que él invitara a liturgias. Con respecto a la invitación a la liturgia, si se fija verá que dije "encontrará en los comentarios" y hablé de católicos (en plural) y no de Wanderer. Con relación a él y al post citado lo que impugno es la metodología: el ortodoxo es un obispo de verdad mientras que el latino es un pobre hombre. Es un comentario disolvente y vano que olvida que uno es un obispo de la Iglesia de Cristo (la Católica) y otro es de una Iglesia particular (aunque tenga venerable tradición y fundación).
Contestado en general, las saludo en particular:
Ruth, sea ud. bienvenida al blog. Es un verdadero gusto.
Mary, gracias por sus consejos.
Respetos para ambas.
Natalio
Estimado Natalio,
no sabe cuánto le agradezco la respuesta! No conozco a nadie asista a los cismáticos ni que reciba los sacramentos de ellos. Sinceramente creía que no existían. Además en los ambientes donde se ve la crisis litúrgica y se toman muchas "libertades" (o abusos), suele haber un rechazo muy grande (llegando al absurdo y anti-católico) por Oriente. Todavía estoy sorprendida.
Disiento con sus palabras como "algo no conveniente desde el punto de vista espiritual" asistir a los Orientales Católicos, pero sí estoy de acuerdo que no hay que absolutizar. Creo que NINGUNA espiritualidad se puede absolutizar. Ni siquiera Occidente para occidentales. Al menos lo que hoy nos ofrece cierto Occidente, porque yendo más atrás encuentro un Occidente semejante a Oriente, con tradiciones distintas, pero en común muchas cosas que se piensa (y yo pensaba) propias sólo del Oriente.
Quisiera comentar algo que me parece que vale la pena saberlo. La gran mayoría de los que asisten a las Iglesias Orientales Católicas van sólo porque descubren una Liturgia Divina donde pueden rezar mejor, la aman, y encuentran una espiritualidad acorde a su alma. Muchas veces, muchas más de las que uno imagina, ignoran la crisis litúgica occidental. No van por un refugio. Sí hay un par de personas que sólo van porque la consideran mejor que el Novus Ordo, pero esperan con ansia el Antiguo. Pero son pocas.
Conociendo las Liturgias Orientales descubrí la Liturgia Celeste y digo como el mensajero: "No sabía si estaba en el Cielo o en la tierra, pero sé que Dios estaba ahí en medio de tanta belleza."
Gracias nuevamente,
Ruth
Encontré las palabras del mensajero. Son más bonitas, por eso las pongo:
"No sabíamos si estábamos en el cielo o en la tierra; porque en ningún otro lugar de la tierra hay tanto esplendor. Sabemos que allí Dios vive entre los hombres".
Ruth
Estimada Ruth:
Por desgracia, es muy común.
Con relación a los modos de rezar (oriente y occidente) creo que se trata de algo más que una "espiritualidad". Por eso se habla de "filiación" a un rito o a otro. Pero es un tema distinto y muy largo, ya retomaremos.
Gracias por la participación y el debate, son edificantes.
Mis respetos.
Natalio
Estimado Natalio:
Coincido plenamente con Ud. en la censura del abuso sea occidental u oriental
Pero tengo algunos matices, o diferencias, respecto de su post:
- Me parece que hay una ligera exageración de parte de los canonistas en lo que respecta a la filiación legal de los ritos aplicada a los simples fieles, y que la mencionada regla cede, ante causa proporcionada. Y causa proporcionada no es aquí, me atrevo a conjeturar, causa grave. Porque una cosa es hablar del propio rito, en abstracto, como lo hacen los comentaristas del CIC en sus “gabinetes romanos”; y otra es el propio rito concreto, el que está disponible para la asistencia de los fieles, quienes tienen que padecer como algo normalizado y general, toda suerte de abusos y corruptelas litúrgicas que la Santa Sede ha censurado en varios documentos que, al parecer, se ignoran o desobedecen.
- Hay algo más. Forma parte del drama eclesial del post-concilio, la perdida del sentido sacral de la Liturgia. No se trata de más, o menos abusos, sino de un espíritu desacralizador, que inspira el modo concreto de muchas -en algunas diócesis, casi todas; creo que no exagero- celebraciones. Imágenes, música, gestos, ornamentos, adornos, homilías, guiones, colores, arquitectura, prácticas iconoclastas, reformas de presbiterios destructivas, un mal gusto arrollador... todas manifestaciones de una desacralización, que quiere volverlo todo horizontal, en el culto divini. No más Misterio, nada tremendo, ni fascinante, cuasi-supresión del silencio sagrado, descuido y desdén por las partículas en la que está presente N.S:J. Enumero, pero es algo que me resulta difícil expresar: hay que vivirlo y padecerlo.
Cuando la desacralización está presente en la mayoría de las parroquias del propio rito –admitiendo que cabe un margen de tolerancia- a mi humilde entender hay causa proporcionada para asistir a los ritos orientales católicos, que preservan el espíritu sacral y mistérico, según mi experiencia. Y lo digo razonando por analogía, habida cuenta de la respuesta que Ecclesia Dei le dio a un fiel norteamericano que preguntó por las dudas de conciencia suscitadas por asistir a las misas de la FSSPX. Y quien puede lo más, puede lo menos…
- Tampoco veo claro ese paralelismo entre filiación ritual y filiación espiritual. Al contrario, me parece posible que la espiritualidad oriental pueda ayudar a los fieles de rito latino. En especial, puede tener un efecto “sanante”, en quienes han padecido algunos errores arraigados en Occidente desde el inicio de la Modernidad.
Cordiales saludos.
Estimado Pablo:
Estoy completamente de acuerdo con ud. La pata oriental puede ser gran parte del remedio que la devastación occidental necesite.
No tengo con su comentario ninguna diferencia.
Lo único que seguramente diferencia nuestros modos de pensar es lo que puede surgir de su último párrafo. Creo que, como regla (que puede admitir excepciones) la filiación de rito sigue y es consecuencia de la filiación espiritual. Creo que oriente piensa (teológica y filosóficamente) y reza de un modo distinto (ni mejor ni peor) por lo que el occidental, si quiere pensar o rezar al modo de oriente necestirá de algún filtro occiedental que opere como traductor.
Pero el tema es largo y son ricas las diferencias.
Un gusto estimado.
Natalio
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