sábado, 4 de julio de 2009

Un combate singular


Unos siglos antes de Cristo (cuando se abrían los portales de la “plenitud de los tiempos” como podemos charlar otro día) dos ideas se batieron a duelo en combate singular. Dicho duelo era un antecedente del que librarían la Vida y la muerte en el Viernes Santo y es, a la vez, otra manifestación de un duelo “casi” eterno, desde los primeros padres hasta la vuelta de Cristo.

En esta u otras formas el combate siempre es el mismo y tanto la Tradición, como la Revelación -e incluso la historia- nos muestran reediciones (cada una de ellas, en especial las bíblicas, dan para varios post que voy a intentar retomar) de lo mismo.

En la manifestación en la que me centraré hoy, las ideas usaron como armas dos hombres singulares que plantearon la cuestión en los siguientes términos:

“El hombre es la medida de todas las cosas” dijo uno.

“Dios es la medida de todas las cosas” le replicó el otro.

Si bien los enunciados aparecen como irreconciliables y antagónicos, la realidad es que, si no conoce el origen de una idea y, a pesar de ello, nos adentramos en el desarrollo de alguna de sus consecuencias, es muy complicado percibir una u otra cosmovisión.

Si atendemos al enunciado, vemos que, con sólo afinarlo un poco, la confusión entre el trigo y la cizaña se manifiesta:

“El hombre es la medida de todas las cosas, incluso de Dios”.

“Dios es la medida de todas las cosas, incluso del hombre”.

Así planteadas las cosas queda un espacio compartido de confusión entre las dos ideas antagónicas donde “hombre” y “Dios” comparten “algo” de la medida.

Si ahora tomamos los antropomorfismos de todas las culturas y tradiciones (con minúscula porque, propiamente o en sentido restringido, no hay Tradición si no hay Verdad) encontramos lo mismo. Sea que busquemos en la mitología griega, sea en el Popol Vuh, sea en las tradiciones védicas o en donde se quiera, se encuentra algún tipo de antropomorfismo divino.

Si tomamos el Antiguo Testamento la cuestión se reedita hasta límites “humanamente” casi irreverentes para con Dios.

Pero ahora volvamos al principio, las dos ideas se baten en un duelo a muerte, son incompatibles, una es divina la otra demoníaca, una nos salva la otra nos pierde…

Pero además de mandarnos al Salvador, Dios se encargó de que nos quedara bien clara la cuestión, mandando al Pontífice (puente) entre Dios y el hombre, la Piedra Angular, la Llave Decodificadora, el Hombre-Dios. Y para que nadie se confundiera Cristo nos dijo con todas las letras que Platón tenía razón: “sed perfectos como el Padre Celestial es perfecto” (Cristian escribió recientemente sobre esto), Dios es la medida del hombre y de todas las cosas.

Pero después de Cristo el combate continuó y continúa: la Vida sigue persiguiendo “divinizar al hombre” mientras que la muerte intenta “humanizar a Dios”, una sigue tirando al hombre para arriba la otra sigue tirando a Dios para abajo…

Y la mala hierba se arropó en elementos del gnosticismo cristiano, de herejías cristianas (desde el monofisismo hasta el arrianismo pasando por el pelagianismo), de la cábala judía, de religiones orientales occidentalizadas para la nueva era y otros engendros feos y peligrosos que volvieron entreverados en nuestro siglo como el cabalismo gnóstico esotérico, new age, progresismo ideológico (por ej. Rahner, y aclaro –para que no me acusen de nada- que esta crítica no la hago desde Fabro o Meinvielle sino desde su ex amigo y discípulo, el entonces Card. Ratzinger) o tradicionalismo místico.

Desde el “Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza” y el “se os abrirán los ojos y seréis como Dios”, el Padre nos quiere elevar y el diablo abajar a Dios.

Natalio

Pd: me salí del tema pero, como se darán cuenta tiene mucho que ver…

Pd1: Otra vez la introducción se comió el post y no llegué al punto que buscaba, otro día será…

9 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Por algunos planteos "off the records" recibidos con relación a lo de Rahner y Ratzinger, aclaro que lo que digo NO es que Ratzinger tenga ese juicio sino que YO lo hago en función de las críticas que él le hace.

En particular (como ej. entre otros y en tanto es lo primero que me viene a la mente) por la identificación entre "historia de la humanidad" e "historia de la salvación".

Respetos.

Natalio

el Athonita dijo...

Intenso post. Habría que contar con esas tardes de lluvia, sin críos —ni los que da la carne ni los que encaja el Pneuma— para despatarrarnos en largo debate.
Siempre me llamó la atención que los denostadores de los antropomorfismos fueran tan en simultáneo los más alérgicos a hablar de la condición divina del hombre. Me pregunto entonces si la humanización de Dios —que fue insospechablemente más allá de lo que los antropomorfismos sin saberlo profetizaban— es sólo condición para la divinización del hombre o hay más miga en esto,,, y el Dios humanado sea “la condición” del Hombre divinizado (o sea, más que la causa eficiente, la formal).-

No estoy del todo seguro de que el diablo quiera abajar a Dios. Más bien sospecho que la sola palabra “kénosis” lo irrita al infinito. Y que su estéril plan más bien se direcciona —en lo que a Dios atañe— tentándolo de inventar un Octavo Cielo, un palacete intratrinitario donde se encierre solo, bien preservado de las gripes porcinas de esos repulsivos humanos, que le han llenado el Cielo de estornudos.

el Athonita dijo...

Ah, el librito de Fabro sobre el giro antropocéntrico de Rahner me resultó siempre impecable, ¿acaso no lo es? No sé si Ratzinger desglosa el asunto con más detalle en otro lado, pero en su autobiografía, el párrafo que le dedica a Rahner parece ir claramente en esta línea: alejarse de los Padres —centrados en los Hechos— encandilado por los Filósofos —arremolinados por las Ideas—.

Artigas dijo...

A ver Natalio si lo entiendo.

¿Ud. dice entonces que el Renacimiento, por ej., es demoníaco? ¿Rahner es demoníaco? Porque en una línea parecida terminamos con que Juan Pablo II y el mismo Concilio son demoníacos.

O yo entendí mal.

Artigas

Gracias.

Guille

Natalio Ruiz dijo...

El Athos cibernético plantea las cuestiones en un tono altamente elvado y no sé si estoy para responder (en cualquier caso, es para pensarlo bastante antes de hablar).

Coincio también en que en los detractores de algunos antropocentrismos se esconda ¡paradójicamente! un antropocentrismo. Intento explicarlo.

La negación de lo divino en el hombre implica, en definitiva, que el hombre termina "divinizándose" (porque esta condición en la etapa celestial ya no puede negarse) por sí mismo. Al negarse lo divino, se exalta lo humano. Y aquí es donde se arma el melcohe cizañero tan complicado de entender...

Tampoco creo que el diablo quiera, en sí, abajar a Dios aunque creo que su búsqueda incluye (al igual que las humanas), como base, esa premisa (el "Dios ha muerto" y sus otros enunciados no buscan en sí, a mi juicio, la destrucción de Dios sino su eliminación en cuanto impedimento de la exaltacaión humana).

Lo de Fabro no es una justificación por el (los en realidad) libro, que pienso que es definitivo. La justificación viene a que es considerado como "parte" en la disputa o se lo ve ideologizado en el fragor del combate. Personalmente, me parece que es inobjetable.

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Estimado Guille/Artigas:

Efectivamente entendió mal porque me expresé mal.

La idea del post es la contraria, son las ideas las que, pueden o no, ser "demoníacas" o perversas según de donde provengan.

Esto tiene que ver con parte del desarrollo que no pude seguir pero le adelanto.

Para muchos autores (entre ellos un afamado profesor platense que terminó sedevacantista) el Concilio era perverso en tanto retomaba, justamente, el Antiguo Testamento en su versión cabalística. De hecho, el AT era considerado en sí perverso y peligroso. Y ahí es donde veo la otra gran parte del problema y es en la negación rotunda de las bases...

Me recuerda el dicho "combata el hambre y la pobreza, cómase un pobre". Como el Antiguo Testamento o el Concilio o lo que se quiera son pasibles de una mirada miope, perversa o maligna.... ergo hay que descartarlos.

Porque si se apura el argumento, etonces tenemos que quemar también el NT porque puede dar lugar al monofisismo, pelagianismo, arrianismo, etc. (a eso apuntaba el post)

La idea es que los "maligno" no son las fuentes sino sus interpretaciones desviadas. Por ej. no creo que todo personalismo sea malo aunque entiendo que muchos personalismos pueden conducir a esta idea nefasta.

¿Me expliqué un poco mejor?

Espero.

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Por esas cosas de Dios me llegó ayer de lo alto una conferencia que vine escuchando hoy al venir al trabajo.

Es de un "monje" que hablaba sobre la oración...

Y justamente partía del hecho de que se puede rezar "mal", se puede rezar "gravitando sobre uno mismo", en definitiva, que se puede rezar desde un antropocentrismo personal...

Si conocen a alguien cercano a ese "monje" que le avisen que hay un centro en forma de post para cabecear...

Respetos.

Natalio

Pablo dijo...

Don Natalio:

De vuelta por estos pagos, aprovecho para saludarlo. Me falta tiempo para ponerme al día y me sobran ganas de leer sus posts y los del Athonita.

También creo que estoy en deuda con Ud. por el mail casi telegráfico de presentación que le envié. En algún momento cumpliré; o prometo intentarlo.

De paso, quiero felicitarlo por el tono del blog: ha logrado un clima de amistad y diálogo fraterno. Y eso es fruto de su buena moderación. Les ha abierto la puerta a los de San Isidro, con quienes tengo importantes diferencias, pero son personas respetuosas que saben dialogar sin agredir, y perdonan fácilmente algunos comentarios desmedidos (atrabiliarios, diría un amigo que tenemos en común) de mi parte.

Respetos y felicitaciones.

Pablo.

PS: ¡Péguele a Rahner! :)

Natalio Ruiz dijo...

Gracias Pablo!

Yo tampoco estuve estos días y recién regreso y advierto su comentario.

Sabe ud. que es más que bienvenido en estos pagos.

Respetos.

Natalio

Pd: para la golpiza a Rahner tiene los comentarios del post del Athos sobre la media luz....