miércoles, 3 de febrero de 2010

La purificación de Mikve


La fiesta de ayer (la purificación de la Sma. Virgen en el Templo) sumada a la abundante lluvia de hoy me recordaron la "Mikve" y su Mitzva (uno de los 613 preceptos) relativa, justamente, a la purificación de la mujer.

La Mikve es una suerte de pileta (parecida a la que usan los mormones para bautizar, sobre lo que les cuento que en mis inicios sobre la problemática "en que creen los que creen", a los quince años, tuve mi experiencia mormona y todavía recuerdo la cara atónita de mis padres cuando encontraron el "Libro del Mormón" entre mis cosas....) donde se realizan los ritos de purificación de los judíos.

Paralelo a nuestro bautismo (piensen por ej. en el bautismo de Juan que tenía esta significación al parecer), la purificación mediante el agua "devuelve al alma" o "la conduce hacia" un estado de pureza espiritual.

Las Mikve no tienen una finalidad o un uso únicos (se la utiliza como medio de purificación y último paso del neófito al convertirse al judaísmo, como purificación después del parto, como purificación de la novia antes del casamiento, como purificación ante cualquier fiesta, etc.) aunque hoy su utilización masiva se da para el cumplimiento de la purificación de la mujer casada, luego del período menstrual, para reanudar la vida marital.

La lluvia me hizo acordar porque debe tratarse de "aguas vivas" (no el bicho picante que me perseguía en la playa), es decir, de aguas que fluyan o corran (aunque pareciera que la palabra referiría a "agua acumulada o estancada"). Por esa razón es que lo ideal es que se haga en un río o en un mar. Actualmente, para mantener la proporción de "agua viva" se utiliza algún modo de canalización de las aguas de lluvia para que se mezclen con el agua de pozo ya presente en la pileta.

Como es de imaginar se trata de una Mitzva muy poco cumplida por las mujeres ya que imaginan una cosa horrendamente sucia, medio machista, vetusta, etc.

Para ponerlos en tema les recuerdo que según el Levítico, la mujer durante el período menstrual y durante los siete días posteriores no debía tener vida marital (si el marido tocaba algo tocado por la mujer también se hacía impuro). Al octavo día debía presentarse en el Templo con una ofrenda.

La purificación mediante el agua es la común denominadora a lo largo de toda la Torá y está en el Talmud (recogiendo lo que parece ser una tradición antiquísima de la Mishná) aunque no sé si figura, expresamente, como medio de purificación particular de la mujer, en el cuerpo mismo del Pentateuco.

Como suele ocurrir con las cosas de la nueva ortodoxia judía todo está preparado de modo tal que sea lindo y agradable (y hasta canchero) "cumplir con" o "hacer" mitzvot.

Suele haber una mikve por sinagoga (en las ortodoxas, claro) con uno o más baños (con todo tipo de herramientas de higiene corporal) contiguos. La idea es que en el baño la mujer se baña normalmente y pule su cuerpo, uñas, dientes, etc. de modo de quedar completamente limpia. Una vez lista irá acompañada por "la encargada" (que previamente le examina manos, uñas, etc.) hacia la Mikve donde debe sumergirse por completo comenzando por la cabeza ("como el pez no puede vivir sin estar sumergido en el agua el hombre no vive sin estar sumergido en la Torá"). Cuando la encargada ve flotar los pelos sueltos en el agua grita "kosher" y significa que está purificada. Este proceso se repite por tres veces y luego la "inmersa" recita la bendición: "Bendito eres Tú Adonai, nuestro Dios, rey del universo, que nos santificaste con tus mandamientos, y nos ordenaste lo concerniente a la inmersión".

Hecho todo lo cual la "encargada" se retira y la "inmersa" se queda haciendo su oración particular. Las corrientes más místicas del judaísmo actual ven en este momento el mayor contacto e intimidad entre la mujer y Dios, en el cual pide por sus hijos, los hijos de los hijos, su esposo, etc. La Madre, como corazón de la familia, se encuentra con Dios.

Luego vuelve al baño, se cambia y se retira.

Más allá de lo curioso o no que pueda resultar esto, y más allá de cuestiones mucho más amplias que, espero, tengan post individuales (la humildad de María en el cumplimiento de las leyes y el peligro constante de la vida hecha mitzvot como espirituculturismo en el decir del Athos) hay muchas cosas de fondo que me resultan simpáticas en este tipo de "cumplimientos".

Y es la "sacralización" y profundo respeto de/por los tiempos, las cosas, los requerimientos, etc. de la naturaleza.

Los tiempos de la vida marital, la purificación del cuerpo como algo sagrado primero mediante la limpieza meticulosa y luego mediante el gesto de la inmersión, la espiritualidad a partir de los ciclos vitales y otras tantas cosas me hacen pensar mucho en la "encarnación" de la religión.

Recordando siempre el riesgo de que los gestos y las obras se vacíen de contenido y nos quedemos, como decía Castellani, bailando sin música....

Natalio

8 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

A partir de un comentario off the record, aclaro para quien no tenga muy en claro algunas cuestiones fundamentales en el blog:

El paralelo entre el bautismo y la inmersión de Mikve es, como ocurre con todos estos ritos o figuras judías, simplemente figurativo. En el Bautismo hay purificación REAL por la Gracia mientras que en el judaísmo es meramente simbólica.

Respetos aclarados.

Natalio

Mary Lennox dijo...

Interesante Don Natalio, gracias por la instrucciòn... Me hubiera gustado que mi abuela me contara su experiencia antes de casarse porque en ese momento sì pràcticaba.
Ahora sì, como mujer puedo decir que la idea es incomoda.
Aunque si esa es la ùnica oportunidad de intimidad de la mujer con Dios creo que la hubiese agarrado.
Bendito sea Dios Señor del Universo que en su misericordia nos diò a las mujeres a Maria que en su obediencia nos libro del yugo pesado dejado por Eva y nos Dio la posibilidad de participar en el Misterio de la vida Divina.
Sino creo que la vida serìa terrible al ser mujer.
Saludos
Mary

Natalio Ruiz dijo...

Gracias estimadísima Mary por su aporte. Justamente comentaba personalmente con una comentarista "no virtual" (aunque pensaba también hacer su aporte virtual) sobre un tema que está condenado a sonar mal (por eso nunca puedo ponerlo en forma de post) y es:

si es tan sabido de la diferencia (psíquica, física, espiritual, neurológica, etc.) por qué nos empeñamos (en especial en el catolicismo) en hacernos rezar igual.

Y dejo el tema ahí para no dar lugar a falsas impresiones o interpretaciones.

En el judaísmo (entre otras religiones) la diferencia está muy marcada (y se podrá discutir si bien o mal pero es indicativo que no se los tome como iguales).

Si consigo el modo de hacerlo bien le dedicaré un post para que lo charlemos. También pensaba tocar el tema con la espiritulidad en el matrimonio que le debo a Tito.

Respetos de "género".

Natalio

Mary Lennox dijo...

Querido Natalio:
Respondo con una pregunta ¿Rezamos igual? no creo que no, creo que en el espìritu tambièn se refleja el ser mujer o ser varòn.
Estarìa para armar un lindo debate y que se entienda bien.
Respetos Fememninos :-p
Mary

Terzio dijo...

Lo del mormoneo me ha dejado perplejo; espero que estés recuperado del trastorno, y hayas quedado imnunizado de más contagio.

Sobre la purificación de la mujer puérpera te recuerdo nuestras antiguamente célebres "Misas de parida", que se celebraban al cumplirse la cuarentena y que tenían su propio formulario de oraciones, con bendiciones también proprias ad casum en el Rituale Romanum.

El nuevo Bendicional ha conservado alguna bendición, pero minimizando el precioso rito antiguo, tan "conectado", en cierta forma, con la tradición veterotestamentaria.

'

Natalio Ruiz dijo...

Qué buen dato Amigo Terzio! Siempre es bueno contar por aquí con su erudición.

Lo del mormoneo nunca fue en serio, no se preocupe. Igual fuí siguiendo el "curso" para entenderlos, en el fondo me causaban gracia, debo decirlo (en especial el libro del Mormón). No obstante me divertía mucho ponerle obstáculos y aporías a su discurso.

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

He leído sobre la feminidad judía y me parece que en la espiritualidad sobre la vida de las mujeres laicas hay más en el judaísmo más tradicional que entre las católicas. INcluso tienen una mujer para consultas personales en las sinagogas que las católicas no tenemos. Quizás, las instructoras de método Billings, podría ser algo parecido en el aspecto de intmidad conyugal.
Pero en el caso de las consejeras judías es más integral y están disponibles en todas las sinagogas.
Y no me refiero a las actuales rabinas, que es otra cosa totalmente diferente.

Natalio Ruiz dijo...

Gracias anónima por el comentario!

Efectivamente existe esa figura en el judaísmo ortodoxo actual que suele ser la misma esposa del rabino (las rabinas están lejos de ser ortodoxas y poco les debe importar la Mikve).

En cualquier caso, es un tema que roza un profundo problema del judaísmo y no se en qué medida sea conveniente emular. Porque ocurre que existe en ellos una "moralización" de hasta los detalles más ínfimos de su vida (y por consiguiente de la relación entre los esposos, con los hijos, etc.).

Es decir, existe el riesgo tan visto en nuestra historia de la Iglesia de que este tipo de cuestiones vayan creando un casuismo que abarque con fuerza moral todos los costados de la vida.

En fin, es mucho más largo...

Respetos cuaresmales.

Natalio