Las lecturas y el evangelio de hoy se refieren todas al modo de pedirle a Dios.
Esto me recordó un asunto que alguna vez comenzamos y nunca continuamos sobre una de las eternas batallas entre el Bien y el mal.
Si bien lo ideal, para poder entender el sentido y alcance de lo que hoy pienso contar, sería que leyeran aquel post voy a recordar su idea fundante para quienes no quieren o no pueden tomarse el trabajo de leer todo el otro post.
La batalla se da entre dos ideas:
Una entiende que Dios es la medida de todas las cosas, incluso del hombre.
Y otra entiende que el hombre es la medida de todas las cosas, incluso de Dios.
Una reedición de esta batalla y aplicación práctica de estas ideas puede observarse en el modo del pedir a la divinidad.
En este punto convergen la mayor parte de la gnosis y sus derivaciones, un gran sector de la Cábala judía (y, por extensión y analogía en la "cábala" no judía), ciertos "tradicionalismos" esotéricos, los supersticiosos religiosos (que es muy otra cosa que la "fe del carbonero") e incluso, y aclaro que el tema litúrgico es uno de los temas centrales de este blog, ciertos obsesivos de la liturgia.
Todos ellos comparten (a su modo y con sus matices) una concepción que entiende que hay una relación de causalidad directa entre lo que se pide y lo que se obtiene. Es una concepción, propiamente, mágica de la religión en cuanto relación con Dios.
Pretenden -mediante ritos, oraciones, actos o lo que fuera- "obligar" a Dios a darles lo que piden. Tienen una suerte de tablero en el cual se puede "decodificar" y "codificar" el actuar divino de modo que se adapte a sus necesidades.
En definitiva, creen que pueden "modificar" a Dios, domesticar a Dios o simplemente doblegarlo.
Esto, como es fácil deducir, es la pretensión del Demonio y, por tentación del mismo, el pecado original.
Pero lo que quería mostrar con esto es que, en definitiva, esta idea diabólica de "esclavizar" a Dios, tiene como origen un no menos diabólico humanismo que pretende que el hombre es la medida de todas las cosas, incluso de Dios. Y ello en tanto que sólo puede "dominarse" aquello que es inferior.
En este sentido -orillando un tema enorme que merece varios post por separado- puede verse una correcta interpretación bíblica de la costumbre judía de no "nombrar" a Dios y referirse a Él como Di-s, Hashem, etc. y es que el "nominar" significa en el Génesis "dominar" y por eso a Adán le es dado ponerle nombre a todas las creaturas inferiores.
Para nosotros cristianos el Espíritu nos hace poder decirle con confianza Abba, aunque como tanto señalaba Buber y lo sigue Benedicto, es necesario reconstruir y redimensionar el nombre de Dios pisoteado y bastardeado por siglos.
Pero volviendo a los modos de "pedir" (en dos palabras porque se hizo muy largo).
El cristiano "obliga" a Dios al pedir como mi gordita mayor me "obliga" a darle una "sorpresa" después del postre: haciendo ojitos, con una sonrisa y taladrando "porfavorporfavorporfavorporfavorporfavor".
Natalio
Esto me recordó un asunto que alguna vez comenzamos y nunca continuamos sobre una de las eternas batallas entre el Bien y el mal.
Si bien lo ideal, para poder entender el sentido y alcance de lo que hoy pienso contar, sería que leyeran aquel post voy a recordar su idea fundante para quienes no quieren o no pueden tomarse el trabajo de leer todo el otro post.
La batalla se da entre dos ideas:
Una entiende que Dios es la medida de todas las cosas, incluso del hombre.
Y otra entiende que el hombre es la medida de todas las cosas, incluso de Dios.
Una reedición de esta batalla y aplicación práctica de estas ideas puede observarse en el modo del pedir a la divinidad.
En este punto convergen la mayor parte de la gnosis y sus derivaciones, un gran sector de la Cábala judía (y, por extensión y analogía en la "cábala" no judía), ciertos "tradicionalismos" esotéricos, los supersticiosos religiosos (que es muy otra cosa que la "fe del carbonero") e incluso, y aclaro que el tema litúrgico es uno de los temas centrales de este blog, ciertos obsesivos de la liturgia.
Todos ellos comparten (a su modo y con sus matices) una concepción que entiende que hay una relación de causalidad directa entre lo que se pide y lo que se obtiene. Es una concepción, propiamente, mágica de la religión en cuanto relación con Dios.
Pretenden -mediante ritos, oraciones, actos o lo que fuera- "obligar" a Dios a darles lo que piden. Tienen una suerte de tablero en el cual se puede "decodificar" y "codificar" el actuar divino de modo que se adapte a sus necesidades.
En definitiva, creen que pueden "modificar" a Dios, domesticar a Dios o simplemente doblegarlo.
Esto, como es fácil deducir, es la pretensión del Demonio y, por tentación del mismo, el pecado original.
Pero lo que quería mostrar con esto es que, en definitiva, esta idea diabólica de "esclavizar" a Dios, tiene como origen un no menos diabólico humanismo que pretende que el hombre es la medida de todas las cosas, incluso de Dios. Y ello en tanto que sólo puede "dominarse" aquello que es inferior.
En este sentido -orillando un tema enorme que merece varios post por separado- puede verse una correcta interpretación bíblica de la costumbre judía de no "nombrar" a Dios y referirse a Él como Di-s, Hashem, etc. y es que el "nominar" significa en el Génesis "dominar" y por eso a Adán le es dado ponerle nombre a todas las creaturas inferiores.
Para nosotros cristianos el Espíritu nos hace poder decirle con confianza Abba, aunque como tanto señalaba Buber y lo sigue Benedicto, es necesario reconstruir y redimensionar el nombre de Dios pisoteado y bastardeado por siglos.
Pero volviendo a los modos de "pedir" (en dos palabras porque se hizo muy largo).
El cristiano "obliga" a Dios al pedir como mi gordita mayor me "obliga" a darle una "sorpresa" después del postre: haciendo ojitos, con una sonrisa y taladrando "porfavorporfavorporfavorporfavorporfavor".
Natalio
6 comentarios:
¡Qué oportuno que me llega esto! Soy un flojo para pedir insistentemete. Más aún, soy un flojo para pedir...
Ja! yo la verdad es que me la paso pidiendo...
El asunto es qué pedimos, cómo pedimos, cuándo pedimos, etc.
Respetos pedigüeños.
Natalio
Pues no está nada mal la reflexión, oiga.
Me dejó pensando, y aún a riesgo de verse "domesticado" por mí, respetuoso Natalio, le "pediría" que elabore un poquito el punto de la liturgia.
Lo puso junto a la cábala, mire.
Vea, se lo "pido" porque la liturgia tiene (tengo entendido)un marco un poco ... especial. Y los que entienden de liturgia me han explicado (con dibujos y todo) que nos lo da nuestro Señor, que apunta a El, para nuestra edificación. Tiene un "ethos" único, que se entiende sólo dentro de él, casi como las reglas de un juego de azar (y es una comparación que leí escrita por B. XVI). Ahora bien, lo que me gustaría, si fuera posible, es que me diga cuál es el aspecto "petitorio" de la liturgia (y vaya si existe, si lo sabré yo pedigueño) que "transpira" en los liturgistas que menciona.
Un cordial y respetuoso saludo
Gracias distinguido Muret por su aporte y comentario!
Toca ud. un tema sensible y si quiere que elabore da para largo, puede ser un post. Se lo dedicaremos.
"De mientras" una pequeña respuesta.
En primer lugar creo que la cita que trae de Benito no se refiere a juego "de azar". Salvo que sea a otra me parece que se refiere a la que trae de Guardini y se refiere simplemente a un juego aunque justamente no de azar en tanto hace centro en la parte del reglamento del juego (paralelo al "reglamento" de la liturgia). Justamente tenemos a Juan que supo hacer un seguimiento de "litúrgicas" con este tema y al super especialista en Ratzinger el entrevistador Athos.
En cuanto a la liturgia y la Cábala ya lo hemos mencionado en otras ocasiones respecto a cuestiones más generales: hay una utilización de los elementos de la Cábala por parte del progresismo (también en liturgia). Pero en materia litúrgica coincide también con algunos sectores autodenominados como cierto "tradicionalismo" de la línea de Guenon.
Se trata de concepciones que entienden que mediante gestos y ritos litúrgicos (que no dejan de ser humanos) "afectan" o mueven a Dios.
La liturgia en efecto viene del Cielo y vuelve al Cielo en cuanto es el "modo" o "cauce" de la reedición del Sacrificio de Cristo en la Cruz. En ese sentido sí es Divina e intocable en tanto sólo mediante la "Divina Liturgia" el sacrificio de Cristo vuelve a ocurrir en nuestros altares.
Ahora, es a nosotros y no a Dios a los que nos cambia si la misa tiene incienso o no, si es rezada, cantada o solemne, si se utiliza este canon u el otro, un rito u el otro, etc.
¿Me explico? Es largo y complejo.
Me autoimpondré como sacrificio cuaresmal dedicarle un post al respecto.
Respetos litúrgicos.
Natalio
Yo leo, y la verdad es que los comentarios son siempre tan "completos" que me da un poco de pudor comentar.
Va este, como un saludo y señal de que paso por acá, y un gracias por compartir cosas que hace bien preguntarse, plantearse, y mirar distinto.
Me gusta tu blog.
Buen domingo!
Gracias Analía por visitar y comentar!
Olvide pudores y saque los comentarios del placard....
Respetos pudorosos.
Natalio
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