Febrero está terrible. Añoro tiempos pasados donde enero estaba todo quieto, febrero asomaba con una o dos cosas, marzo crecía un poquito y en abril se entraba en ritmo. Ahora desde enero que andamos corriendo.
Pero hay algo que me despierta de mi letargo bloggero y lo voy a expresar de corrido, sin mucho detenimiento ni mucha fundamentación. Simplemente quiero dejar una estaca para retomar muchos temas que quedan sueltos.
La ocasión fue la lectura de dos (y parece que viene un tercero) de los post de Wanderer (Protohistoria I y Protohistoria II) sobre la protohistoria en Bouyer. Tanto el tema como el personaje me resultan bastante inalcanzables. En cuanto al tema son esas cuestiones donde temo pifiarle porque me parece que de esos pifies no se vuelven. Por eso me ando con cautela. Como un niño ante una habitación oscura. De última la cuestión consiste ni más ni menos que en ser como niños. Pero de afuera la miro con mucho interés y curiosidad.
En cuanto al personaje…. es tan complicado… Son esos personajes conciliares que tienen lo que tiene el concilio. Para no hablar de buenos o malos digamos que tenemos…. no sé cómo calificarlos. Aunque muchos se alteren e inquieten por estiquetarlo en uno u otro lugar me parece que es un personaje demasiado complejo. En cualquier caso, Bouyer representa (como una figura entre otras) una de las puntas de lanza con relación al cambio de paradigma pretendido en muchos de los actores del Concilio en varios temas pero muy especialmente en la liturgia (aunque en otros temas hay que admitir que tampoco lo escucharon).
Bouyer es (uno de los) responsable (ideológico) de algunas cosas de las que hemos hablado y seguiremos hablando en este blog (su pasado y su lucha contra el barroquismo tuvieron mucho que ver en esto). En particular, dos puntos reflotan con bastante notoriedad:
- Uno es el cambio del ofertorio (sobre el cual discutimos con el Athos). El pasaje de la fórmula sacrificial a la fórmula de la liturgia judía. Este tema no es aislado ni muchísimo menos. Está vinculado con una concepción litúrgica que entiende que la presencia divina se extiende también a la Primera Mesa.
- Y justamente allí es donde aparece el segundo tema, el telón de fondo, y es la idea de las dos Mesas, las dos presencias Divinas de las que hablamos. Dios, más específicamente Cristo, está presente tanto en la Palabra como en la Eucaristía. Esta idea de la presencia divina en la Palabra es de indudable origen judío. Los protestantes (los que mantienen la eucaristía), tomando de la misma fuente judía la cuestión, hablaban de una presencia idéntica de Cristo en la Palabra como en la Eucaristía. Y el Concilio reorientó la liturgia en un equilibrio entre la “Liturgia de la Palabra” y la “Liturgia de la Eucaristía”.
El segundo de los temas, tal cual lo dijimos en su momento y pensaba profundizar, tiene un costado que puede ser provechoso (y ya en los padres hay figuras parecidas como la de los dos altares) pero resulta nefasto en su conclusión, aplicación e implicancias.
Pero volviendo a Bouyer, lo que lo hace particularmente interesante para mi visión, es su profunda inquietud (que comparto aunque con visiones distintas) por el mundo judío. En este contexto, el texto que trae Wanderer muestra este conocimiento y manejo de la tradición judía por parte de Bouyer.
El mundo es, en principio, una proyección viviente y libre de las Ideas de Dios, las que se encontraban reunidas hasta ese momento en su Logos divino.
Este párrafo (todo el texto en realidad), es el núcleo de la Tradición rabínica y de múltiples interpretaciones y sobre el cual ya hablamos: Dios crea al mundo mirando la Torá (donde Torá no es otra cosa que el Logos divino).
Y por eso decíamos (y dice Wanderer que lo ayuda a entender a San Juan y a San Pablo) que no en vano es el lenguaje que reciben los mismo evangelistas. Allí lo dijimos del Génesis pero el hilo aparece a lo largo de todos los evangelios.
Esta concepción judía es la que otorga un sentido crucial a la presencia real de Dios en la Torá (en cuanto no es otra cosa que el Lgos) y, redoblando la idea ya en una versión gnóstico-cabalista, la presencia de Dios en el Mundo que termina en una forma de panteísmo (o panenteísmo en otras de sus versiones). Y por esta razón me parece acertadísimo (cuando no) el comentario del Coronel en cuanto a una posible materialización de todo, incluso de lo espiritual a partir de una mala lectura del asunto.
Y es que curiosamente (y por eso estas ideas gnóstico-cabalíticas pegan tan bien con la onda new age y porquerías) esas espiritualizaciones místicas terminan (o pueden terminar) en formas de materialismos.
No digo que esto último se desprenda de lo de Bouyer ni mucho menos, aunque es un riesgo que aparece muy cerquita. Como todo en los grandes misterios: un pequeño error nos manda disparados a la estratosfera.
En fin, sólo quería dejar la estaca marcada.
Pero hay algo que me despierta de mi letargo bloggero y lo voy a expresar de corrido, sin mucho detenimiento ni mucha fundamentación. Simplemente quiero dejar una estaca para retomar muchos temas que quedan sueltos.
La ocasión fue la lectura de dos (y parece que viene un tercero) de los post de Wanderer (Protohistoria I y Protohistoria II) sobre la protohistoria en Bouyer. Tanto el tema como el personaje me resultan bastante inalcanzables. En cuanto al tema son esas cuestiones donde temo pifiarle porque me parece que de esos pifies no se vuelven. Por eso me ando con cautela. Como un niño ante una habitación oscura. De última la cuestión consiste ni más ni menos que en ser como niños. Pero de afuera la miro con mucho interés y curiosidad.
En cuanto al personaje…. es tan complicado… Son esos personajes conciliares que tienen lo que tiene el concilio. Para no hablar de buenos o malos digamos que tenemos…. no sé cómo calificarlos. Aunque muchos se alteren e inquieten por estiquetarlo en uno u otro lugar me parece que es un personaje demasiado complejo. En cualquier caso, Bouyer representa (como una figura entre otras) una de las puntas de lanza con relación al cambio de paradigma pretendido en muchos de los actores del Concilio en varios temas pero muy especialmente en la liturgia (aunque en otros temas hay que admitir que tampoco lo escucharon).
Bouyer es (uno de los) responsable (ideológico) de algunas cosas de las que hemos hablado y seguiremos hablando en este blog (su pasado y su lucha contra el barroquismo tuvieron mucho que ver en esto). En particular, dos puntos reflotan con bastante notoriedad:
- Uno es el cambio del ofertorio (sobre el cual discutimos con el Athos). El pasaje de la fórmula sacrificial a la fórmula de la liturgia judía. Este tema no es aislado ni muchísimo menos. Está vinculado con una concepción litúrgica que entiende que la presencia divina se extiende también a la Primera Mesa.
- Y justamente allí es donde aparece el segundo tema, el telón de fondo, y es la idea de las dos Mesas, las dos presencias Divinas de las que hablamos. Dios, más específicamente Cristo, está presente tanto en la Palabra como en la Eucaristía. Esta idea de la presencia divina en la Palabra es de indudable origen judío. Los protestantes (los que mantienen la eucaristía), tomando de la misma fuente judía la cuestión, hablaban de una presencia idéntica de Cristo en la Palabra como en la Eucaristía. Y el Concilio reorientó la liturgia en un equilibrio entre la “Liturgia de la Palabra” y la “Liturgia de la Eucaristía”.
El segundo de los temas, tal cual lo dijimos en su momento y pensaba profundizar, tiene un costado que puede ser provechoso (y ya en los padres hay figuras parecidas como la de los dos altares) pero resulta nefasto en su conclusión, aplicación e implicancias.
Pero volviendo a Bouyer, lo que lo hace particularmente interesante para mi visión, es su profunda inquietud (que comparto aunque con visiones distintas) por el mundo judío. En este contexto, el texto que trae Wanderer muestra este conocimiento y manejo de la tradición judía por parte de Bouyer.
El mundo es, en principio, una proyección viviente y libre de las Ideas de Dios, las que se encontraban reunidas hasta ese momento en su Logos divino.
Este párrafo (todo el texto en realidad), es el núcleo de la Tradición rabínica y de múltiples interpretaciones y sobre el cual ya hablamos: Dios crea al mundo mirando la Torá (donde Torá no es otra cosa que el Logos divino).
Y por eso decíamos (y dice Wanderer que lo ayuda a entender a San Juan y a San Pablo) que no en vano es el lenguaje que reciben los mismo evangelistas. Allí lo dijimos del Génesis pero el hilo aparece a lo largo de todos los evangelios.
Esta concepción judía es la que otorga un sentido crucial a la presencia real de Dios en la Torá (en cuanto no es otra cosa que el Lgos) y, redoblando la idea ya en una versión gnóstico-cabalista, la presencia de Dios en el Mundo que termina en una forma de panteísmo (o panenteísmo en otras de sus versiones). Y por esta razón me parece acertadísimo (cuando no) el comentario del Coronel en cuanto a una posible materialización de todo, incluso de lo espiritual a partir de una mala lectura del asunto.
Y es que curiosamente (y por eso estas ideas gnóstico-cabalíticas pegan tan bien con la onda new age y porquerías) esas espiritualizaciones místicas terminan (o pueden terminar) en formas de materialismos.
No digo que esto último se desprenda de lo de Bouyer ni mucho menos, aunque es un riesgo que aparece muy cerquita. Como todo en los grandes misterios: un pequeño error nos manda disparados a la estratosfera.
En fin, sólo quería dejar la estaca marcada.
Natalio
12 comentarios:
Estimado Natalio: Ud. dice bien, en estas cosas hay que andar con cuidado, pero hay que andar.
Hago dos precisiones: Si bien el texto que he publicado es una traducción de Bouyer, la idea no es de Bouyer. Como Ud. dice, tiene raíces judías pero fue asumida por los Padres. Es decir, es una idea cristiana, con orígenes judíos, como todo el cristianismo los tiene.
En segundo lugar, es verdad que Bouyer fue un personaje conciliar pero hasta ahí. No fue Congar, ni Rahner ni Chenu. Basta leer "La descomposición del catolicismo" para darse cuenta de la enorme decepción, hastío y furor que la causó la marcha del Concilio. También en esto hay que andar con cuidado, porque a Bouyer se lo etiqueta como progre, y termina siendo más nuestro que muchos otros.
Estimado Wanderer:
De acuerdo en casi todo.
En lo único en lo que no sé si estamos de acuerdo es en eso de que "hay que andar". ¿Peligrará la salvación si no me hago una idea de la Protohistoria? ¿Todos los temas son para todos? No creo.
En lo demás de acuerdo por completo y en particular:
Eso de que la raíz es tan judía como católica, completamente. Por eso es que dedico tanto tiempo al asunto judío. Creo que los padres tenían un manejo de la teología y el vocabulario de la tradición judía que hemos perdido. Esa es una de las finalidades del blog con la óptica de esa tradición, no por un espíritu filojudío sino para descubrir y entender los tesoros perdidos de nuestra Tradición.
Aquí es dónde se plantean estas cuestiones:
http://hombrecitogris.blogspot.com/2008/10/aadidura-y-providencia.html
http://hombrecitogris.blogspot.com/2008/11/la-piedra-angular.html
Con relación a Bouyer, también de acuerdo por completo. Por eso decía lo de la imposibilidad de etiquetarlo (tampoco para la ortodoxia) y que tampoco lo escucharon en otras cosas importantes (versus orientem por ej.) Pero sin duda fue uno de los hombres del Concilio en cuanto ideas, como lo fueron muchos otros incluso algunos sin estar presentes y para todos los gustos, como creo que fueron hombres del Concilio, Ratzinger, Guardini, Beauduin, Gueranger, Dom Parsch y, si me apuran, hasta el mismo Pío XII. Y, por lo menos yo, no pienso que los hombres del Concilio fueran todos malos ni muchísimo menos. Creo que había de todo.
Respetos conciliares.
Natalio
Concedo Pío XII hombre del concilio -secundum quid-. Dom Gueranger ciertamente NO!
Basta conocer su "sentido cristiano de la historia" y su rechazo absoluto a los ritos neogallicanos (con pretenciones arqueologistas).
Estimado Gonzalo, gracias por la visita y el comentario!
Seguramennte Pío XII y Benedicto también estén (o hubieran estado) en contra de los desastres lo cual no quita que hayan estado. Como tantos otros grandes hombres que fueron hombres del Concilio también.
Y es que no llamo hombres del Concilio sólo a los que ganaron, estuvieron, son responsables de, o lo que fuera.
Considero hombres del Concilio a los que plantearon las cuestiones que el Concilio quiso resolver (bien, más o menos, mal o pésimo).
Gueranger (hombre grande sin dudas) planteó la cuestión y el problema litúrgico. Ud. dirá con razón ¡no le dieron ni cinco! y tendrá razón pero es innegable que el problema (real) lo planteó (entre otros como el mismo San Pío X) él.
En fin, "por lo menos así..... lo veo yo".
Respetos arqueológicos.
Natalio
Estimado Natalio: Concuerdo, pero me pregunto si la "tradición" judía que Ud. trae en posts como ésos, es la misma tradición que recibieron los Padres. Es más, cuando uno empieza a explorar un poco, muchas de esas enseñanzas rabínicas apenas si llegan al siglo X en España o Europa Central, y en el mejor de los casos sus orígenes se pierden en Alejandría o Siria.
Hola Coronel!
No me caben dudas de que esas tradiciones (las que menciono en los post no todas) son las mismas de los padres. Y es que son las recogidas en la Mishná y en la Guemará que en tiempos apostólicos y de los primeros padres se trasmitían y enseñaban oralmente (no estaban todavía escritos ni mucho menos eran conocidos).
Sin dudas que sobre esa historia se han agregado montones de cosas y añadidos. En particular las corrientes gnósticas (del mismo tiempo de la escritura del Talmud) hicieron (al igual que en el crisitianismo) estragos con esas tradiciones. Pero eso es exactamente lo mismo que nos pasa a nosotros con la interpretación apostólica de los Padres.
Justamente esa creo que es la razón por la cual hemos perdido el contacto con esa fuente. El silencio de la diáspora (que en definitiva es la causa de la escritura del Talmud) se cortó con el reflote de la Tradición en su lectura cabalítico/gnóstica.
Pero de nuevo, San Agustín habla de encontrar a Cristo en las tradiciones del Antiguo Testamento...
Respetos históricos.
Natalio
Ludovicus dijo,
Bueno, esto no es River-Boca.
Estoy leyendo el diario de Congar, de la época piodocesca. Y la verdad, la tipología conservadores-progres se queda muy chica.
Por lo menos hay cinco categorías en ésta época: barrocos conservadores, tradicionalistas puros, renovadores tradicionalistas, progres conservadores, progres radicales.
Y en todas las facciones, los oportunistas, los vivos, los oficialistas, los demagogos.
Y con infinidad de entrecruzamientos.
Completamente de acuerdo, estimadísimo Ludovicus. Pero con una vuelta de cuerda más... puede haber más de una categoría en algunos personajes!!!
Y, como en todo, hay cosas interesantes "casi" en todos los costados.
Respetos categorizados.
Natalio
Ludovicus dijo,
Sí, asi es estimado Natalio. Y la capacidad de digerir las influencias y metabolizarlas, trascender las corrientes y respirar el aire puro pero también ancho de la ortodoxia es lo que diferencia al genio del pedisecuo.
Newman por ejemplo.
Toto corde,
Ludovicus:
Y de esas 5 categorías, los buenos cuales son?
Para ilustrar las categorías, tiene ejemplos de personas o de posiciones acerca de temas?
Juancho el simple.
Amigo Natalio:
comprendo su distinción. Pero mi distinción va por otro lado:
a- Pío XII reformó la Semana Santa con un sentido arqueologista y dejó un híbrido espantoso. De hecho esa reforma fue planeada por Bunigni.
b- Don Gueranger luchó contra los ritos galicanos arqueologistas y fue el factotum de la restauración del rito romano en Francia.
A eso me refería. Entiendo su punto.
Saludos saludales
Gracias Gonzalo por la aclaración y el comentario. De acuerdo por completo.
De todos modos, con relación a Pío XII creo que hizo muchas de más (y, en definitiva, creo que fue donde nació la "revolución") pero también me parece que le pidieron, le aconsejaron, le insistieron y hasta le diría que lo amenazaron para que hiciera muchas otras que él se negó. De hecho, dicen que los "frentistas" de la revolución (en especial los de la liturgia) esperaban su muerte para avanzar (y, en efecto, es lo que ocurrió).
Pero le digo de verdad, cada día me siento menos enfático en decir "este tenía razón y este no" o "este era bueno y este era malo". Salvo los casos realemnte nocivos (Rahner,Bunigni por ej.) del resto los miro con alguna distancia. Es decir, el antibiótico es malo y feo pero cumple una función. Y detrás de todo veo volando al Espíritu atrás de los desastres y me parece comprender... No sé si logro explicarme.
Respetos volados.
Natalio
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