martes, 9 de junio de 2009

San Roger


Sabrán disculpar los lectores pneumáticos, casi angelicales; los elevados; los culturosos y los intelectuales lo prosaico del post. Ya seguiremos con la secuencia del mal y la naturaleza pero vamos a hacer una parada deportiva. Como para que no quede tan llano, vamos a intentar utilizarlo como trampolín para acercanos un poco al Bien, como quería el Coronel (recomendando lo de Ens).

Roger es genial, definitivamente.

Generalmente cuando se busca lo mejor en alguna disciplina hay que tomar los libros de historia y husmear en épocas remotas. Roger nos da la posibilidad de decir: "yo viví en su época", "yo ví sus partidos en directo" y se lo podremos contar a nuestros nietos.

Porque es, a mi entender (que vale poco en razón de mi corta edad), el mejor de todos los tiempos.

Si uno analiza un poco la cuestión se encuentra con que Gaudio tiene mejor revés, Rodick saca mucho mejor, Nadal lo aventaja en estado físico, Djokovich tiene mejor derecha, etc. No obstante él es mejor. Porque todo lo que ellos tienen particularmente él lo tiene junto y a nivel de excelencia. Porque mientras los otros tienen días... el roza la perfección en cada partido. Y eso es también lo que lo distingue de los próceres de la antigüedad, juega con una justeza y perfección en cada una de las superficies propia del especialista.

Y esto me recordó también las discusiones en lo de Terzio sobre los santos y la santidad, que ya recomendé en el otro blog, a propósito del cómico y certero post sobre la presunta canonización de un banquero.

Campeaban en los comentarios (no en Terzio que, como en todo, siempre parece encontrar el equilibrio) los dos extremos: el santo es una cosa descomunal, tan inalcanzable que para que intentarlo, habitante de otras tierras y otros tiempos etc.; o el santo es (y tiene que ser) uno como vos y como yo, alguien normal, alguien que no escapa de las generales.

Y yo creo que no y no.

El Santo (me refiero al canonizable) o es extraordinario o no es Santo.

El Santo no es "alguien común" porque no sería imitable en ese caso. Si apunto al medio estoy condenado a pegarle bien abajo, mejor apunto alto para ver si me acerco al centro.

Tampoco el Santo es un extraterrestre que no tiene pasiones ni tentaciones. No es un angelito caído del Cielo que anda imperturbable en su camino a la santidad. Porque así tampoco sería imitable (además de que no tendría gracia ser santo si nació santo).

El Santo es el que, naciendo y viviendo en condiciones análogas a las nuestras (con temores, tentaciones, pasiones, etc.), supo encaminar todo a Dios en grado heróico o sublime. Supo hacer extraordinario lo ordinario (parafraseando a Santa Teresita y a San Francisco de Sales).

El Santo es un extraordinario, un fuera de serie, que vive entre ordinarios. Es el que se dejó modelar de tal modo que dejó de ser uno "como nosotros".

Y si me permiten mi pedestre analogía, es como Federer en comparación con el resto de los tenistas del circuito.

Juega a lo mismo que todos en las mismas superficies, pero mientras los otros lo hacen a veces mejor y otras peor, él roza siempre la perfección.

Por eso es el mejor. Por eso mi humilde homenaje.
Y antes de terminar, traigo a colación un párrafo de Borges, que siempre me ha taladrado la cabeza, relativo a la santidad y el martirio. Desde el comienzo sabía que esto no era así, pero nunca podía encontrar la tecla exacta del error. Un día me la hicieron entender y tiene mucho que ver con la naturaleza y esas cosas... pero ya llegaremos a eso.

Mientras tanto, los dejo con Deutsches Requiem:

"Al fin creí entender. Morir por una religión es más simple que vivirla con plenitud; batallar en Éfeso contra las fieras es menos duro (miles de mártires oscuros lo hicieron) que ser Pablo, siervo de Jesucristo; un acto es menos que todas las horas de un hombre".

Natalio

35 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Incluso quienes proponen la vía de la santidad haciendo las cosas ordinarias saben que hacer bien las cosas ordinarias es algo extraordinario.

Mary Lennox dijo...

¡Nos encontramos de nuevo frente a la Paradoja del caballero de la fe! Pero cuando vuelva a la noche comentaré. Natalio Parece que el espiritu de Homero lo ha invadido en la descripción del tenista. Parecia que estaba describiendo su Areté.
En fin me gusta aunque hay pa comentar entre Mates y facturas con dulce de leche (se nota que las extraño nop?).
Ci vediamo la sera.
Mary

Natalio Ruiz dijo...

De nuevo me hace reir mucho este Terzio y todo viene muy a cuento (aunque alguno de los medio anglófilos de los lectores proteste): http://exorbe.blogspot.com/2009/06/chesterton-quoque.html

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Gracias Juan por la visita! Creo que el asunto es complicado porque uno no termina de definir qué son las cosas ordinarias. Y por allí creo que pasa mucho de la cuestión...

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Quedia Mary:

Efectivamente, sobre la santidad y esas cosas queda mucho por decir, pensar y leer (en orden inverso).

En cualquier caso tiene mucho que ver con lo que vamos a seguir charlando de la naturaleza, el mal y el Bien.

Vamos a intentar mandarle algún cañoncito de dulce de leche.

Respetos.

Natalio

Cristián Dodds (hijo) dijo...

Estimado y respetado Natalio:
Muy lindo su arículillo sobre Federer. A propósito de la santidá -alto tema-, le comparto unos pareceres, a ver qué le parecen.
Coincido con su postura.
Me'i criáu aprendiendo que la santidá es para todos, y que consiste en el "heroísmo de lo cotidiano" y en hacer "endecasílabos de la prosa de cada día" (como endecasílabamente dijo San Josemaría Escrivá). Y estoy fundamentalmente de acuerdo. Pero durante años tuve por pecado osar decir que los santos -los canonizables, eh- son "extraordinarios".
El que me empezó a hacer revisar la postura (después de los propios fracasos) fue el mesmo Benedicto XVI, quien, en su "Spe salvi", presenta a los santos no como a los "bautizados-tipo", sino justamente como a los destacados, a los excepcionales. Lo cito:
"Por otro lado, puede haber personas purísimas, que se han dejado impregnar completamente de Dios y, por consiguiente, están totalmente abiertas al prójimo; personas cuya comunión con Dios orienta ya desde ahora todo su ser y cuyo caminar hacia Dios les lleva sólo a culminar lo que ya son.
No obstante, según nuestra experiencia, ni lo uno ni lo otro son el caso normal de la existencia humana." (Spe salvi, 45-46)
Y creo que en su proceder (no preside las beatificaciones, hay menos canonizaciones) ha tomado cierta distancia del mensaje que daba Juan Pablo II (uno -ya que estamos en tema- que quisiera ver sin duda en los altares) con tantas canonizaciones, en la línea de la santidad como algo más ordinario.
En todo caso, ta claro que no hay santidad igual a la otra, y que todas encarnan alguna dimensión del Santo de Dios que es Jesús (Chiara Lubich tiene unos textos muy lindos sobre esto). Y el Verbo Encarnado mismo tiene dimensiones más "ordinarias" y más "extraordinarias" ¿nocierto?

Natalio Ruiz dijo...

Gracias Cristian por la visita y el comentario!

Efectivamente me parece que ambos apuntamos a lugares parecidos. El Santo o es extraordinario o no es santo.

Y por allí pasa también lo que conversábamos con Juan, creo que hay que calibrar aquello de lo "ordinario". Es decir, lo ordinario es el ámbito o los deberes pero no las acciones. No sé si logro explicarme...

En cualquier caso, creo que volveremos varias veces sobre el punto.

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

Confieso que he estado esperando la palabra del Athonita sobre la santidad y, sobre todo, su opinión sobre la cita de Borges. Martirio diario o martirio definitivo? Ud. Natalio augura objeciones... El martirio y la santidad se miden por grados? Gracias. CRk

Mary Lennox dijo...

Dos cosas:
1) En cuanto a lo extraordinario ordinario tengo este texto de Kirk para que vean referente al caballero de la fe:
"el movimiento de la fe ha de hacerse constantemente en virtud del absurdo y sin perder por ello - cosa que no ha de olvidarse nunca, ya que es inseparable de tal movimiento- el mundo finito, sino conquistarlo de una manera total y plenaria” Entiendase Absurdo como Misterio. O sea la idea es que la fe es un movimiento que Salta hacia Dios con una maravillosa pirueta y vuelve a aterrizar como si nada en la vida cotidiana. Este movimiento a veces puede ser Tan sutil, que dice Kirk es difícil distinguir al caballero de la Fe que lo ejecuta.
2) Con respecto a lo que dice Cristian, hoy mientras escuchaba el Señor de los Anillos, pensaba que en cada uno de los personajes principales hay una parte de Cristo reflejada, no está en uno sólo sino que como a travez de un Prisma Tolkien reflejó un color en cada uno. El decía que las alegorías no debían ser totalmente correspondientes con la realidad sino que dar un atisbo de ella, y creo que con la Santidad sucede lo mismo, cada uno lleva en sí un pedacito de Dios un aspecto, como la teofanía de la que habla Dionisio Aeropagita.
Cariños
Mary
P.D.: Athonita hay una cosilla que no estoy de acuerdo, con respecto a la enseñanza de la oración, que expresaré en torpes palabras; creo que todos necesitamos que alguien nos enseñe a rezar, necesitamos de alguien tener el puntapié inicial. Recuerdo una conversación con mi hermana sobre eso, en cuanto a la acción de gracias después de la misa, de cómo antes no la hacía y después gracias al ejemplo de una amiga la había empezado a hacer y que de eso había sacado mucho provecho. El tema es que la enseñanza de la Oración no es directa sino indirecta, y que también en eso cuenta el Espíritu. Creo que hay de las dos cosas la que usted dice y la que digo yo, porque uno no nace contemplando las Ideas, necesita recuperar las alas para volver a hacerlo y eso se hace de a poco y con ayuda no solo
Saludos
Mary

Natalio Ruiz dijo...

Gracias CRk por la visita y el comentario!

La frase de Borges de verdad que se las trae. Al muy desgraciado es muy complicado decirle en bloque que no porque utiliza siempre las sutilezas del lenguaje para dejar más de una puerta de salida abiertas.

En cualquier caso, no adelanto mi opinión porque creo que es muy largo, se resuelve en el plano metafísico y tiene que ver con lo de la Naturaleza.

Para adelantar y atizar el fuego mientras llegan sentencia desde lo Ahltos agrego algunas cuestiones.

Cristo dice: "no hay amor más grande que dar la vida por los amigos". Creo que el acto de dar la vida vale más que la suma de los demás actos. De hecho, creo que pueden haber habido "santos" (no en el sentido de canonizables o al menos es mucho más discutible) que no dieran la vida en el momento concreto de la presión.

Por otro lado podemos trasladar la cuestión a Cristo ¿no vale su muerte más que todo el resto de sus actos? ¿No estaban todos orientados e ese moemento o a ese acto? Para pensar...

Por último sí creo que la santidad y el martirio se miden por grados. Cristo habla del primero y el último en el Reino de los Cielos. Más allá de otras grandes autoridades que así lo sostienen creo que hay mucho de eso en las Escrituras mismas.

En fin, digo como para preparar las jugadas del Athos o del torero español Terzio o de otros grandes que iluminen (entre los que ya aportó el seminarista).

Respetos.

Natalio

Mary Lennox dijo...

¿Y una pequeña puede? Porque sobre eso tengo una idea :-p
Saludos
Mary

Natalio Ruiz dijo...

Mary, ya saben que si puedo yo es que pueden todos.... Lo bueno de este blog es que el piso es bajo.

Ahora en serio, este es un espacio para que compartamos ideas y caminos; más altos, más bajos, más ortodoxos, más intrépidos, etc. El único requisito es el "respeto".

Por otra parte, en su caso, ya sabe la admiración y el cariño que los amigos del blog le tienen.

Escuchamos entonces....

Natalio

Mary Lennox dijo...

¡Gracias Natalio! entonces digo lo mismo si yo puedo todos pueden.

Bueno paso a mi idea: Cuando era chica,cuando recien empezaba en el camino de la fe pensaba un poco como Borges, la facilidad de un instante de un momento en vez de la constante lucha repetida día a día de repetir el sí que se había dado hace tiempo. No puedo decir que en mi caso era cansancio, porque estaba recien convertida, sino una especie de extraño fervor.
En fin pasaron los años y la reflexión, de por medio... y el problema está en que no siempre podemos entender bien la conjunción que envuelve nuestras vidas entre tiempo y eternidad.La clave está en el instante a mi entender, que hace que se conjuguen ambas, que hace que un momento englobe una vida y una vida un momento. Dice Lewis en el Gran Divorcio:
"—Hijo mío —me dijo—, en tu estado actual no puedes comprender la eternidad. Cuando Ánodos miró por la puerta de lo sin tiempo no obtuvo mensaje alguno. Pero puedes obtener una similitud si dices que tanto el bien como el mal, cuando han crecido, son retrospectivos. No sólo este valle sino todo el pasado terrestre será el cielo para quienes se salvan. No sólo lo crepuscular de esa ciudad, sino toda la vida en la tierra será infierno para quienes se condenan. Eso es lo que no entienden los mortales. Hablan de un dolor temporal que "ninguna bendición futura podría equilibrarlo" sin saber que el cielo, una vez que se lo ha obtenido, trabaja hacia atrás y convierte en gloria cada sufrimiento. Y dicen de un placer pecaminoso: "déjenme gozar de esto y me haré cargo de las consecuencias". No se imaginan cómo se esparcirá la condenación
por su pasado y cómo les contaminará el placer del pecado. Ambos procesos empiezan antes de la muerte. El pasado del hombre bueno empieza a cambiar y sus pecados perdonados y sus penas recordadas adquieren cualidad de cielo. El pasado del hombre malo se configura según su maldad y sólo se llena de melancolía. Por esto, al fin de los tiempos, cuando el sol se alce aquí, y allá el crepúsculo se vuelva negra oscuridad, los benditos dirán "siempre hemos vivido en el cielo" y los perdidos, "siempre estuvimos en el infierno". Y ambos dirán la verdad."
Y esta diferencia, de cada uno de nuestros momentos, está puesta delante de nosotros por la Providencia que sabe que es lo que le conviene a cada alma, el martir empieza a serlo en el día a día, "el que es fiel en lo poco..." y el martirio no siempre es facil de soportar para todos recuerden lo que le pasó a Origenes. La subida al monte empieza con un día pero la llegada puede ser diversa para cada uno, porque mientras que para unos es conveniente los Remedios de Escalada, para otros, es mejor el salto. Todo depende de lo que nos acerca mejor en cada instante a la eternidad. Por lo demás creo que Lewis explica mejor mi confusión.
saludos
Mary
P.D.: Es importante lo del respeto y espero que siempre lo recordemos y Natalio no tenga como Wanderer habilitar el filtro de comentarios.
Saludos
Mary

edumangia dijo...

No sé si es un aporte a la discusión, o una disgresión desde lo que escribió Cristián al comparar la opción de más canonizaciones de Juan Pablo II frente al estilo más austero en este campo de Benedicto XVI... pero si bien es cierto que la santidad es algo extraordinario (y debe serlo, en lo que al amor se refiere), no me animo a decir que sea tan rara. Por lo menos no rarísima. Creo que somos muchos los cristianos "del medio", de la mitad... pero mi experiencia brevísima como sacerdote me ha mostrado que hay mucha santidad escondida dando vueltas por ahí.
Como Borges, está muy presente, traigo a colación una de mis citas preferidas de "Los Conjurados":

"Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso. No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados. La belleza no es privilegio de unos cuantos nombres ilustres."

Borges aquí habla de la creación literaria, pero la belleza mayor, la de la santidad, también, creo, sigue esta norma. Hay más santos de los que uno se imagina. De eso estoy seguro.

Mary Lennox dijo...

Che este es un tema para el 1 de Noviembre. :-p
Saludos
Mary
P.S.: Medio broma medio en serio, no en vano se hizo ese día para todos los santos que no entran en el caledario.
Mary

Natalio Ruiz dijo...

Muy bueno el aporte Mary! De hecho, creo que una de los grandes temas que andan rondando aquí es el del instante. Porque en definitiva se trata de eso, de si el instante definitivo vale más que la suma de todos los otros.

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Gracias Padre también por la visita y el comentario! También vienen las luces de zona norte.

Coincido con su visión y me encanta el texto citado de Borges.

Ahora, y sin negar de que existen montones de "santos silenciosos" ¿no hay que distinguir entre los santos "canonizables" y los que no?

Porque, justamente, el santo canonizado implica bastante más que su santidad perosonal. Es un tema muy complejo que volverá a salir pero creo que los "canonizables" implican un arquetipo adaptado de Cristo. Por lo demás tampoco creo que todos los que comienzan el proceso terminen, necesariamente, en santidad. Me parece bueno también que existan beatos, siervos de Dios, etc.

En fin, como el mencionado caso de Orígenes creo que hay santos para canonizar y santos que no.

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

Athos muy enredado. Pero aporto sin demasiadas luces a este estrellado firmamento. No pretendo dibujar una constelación: solo el tenue titilar aislado de algunas luces:

1. La santidad es Dios. Dios no tiene santidad sino que es Santo. Y nos ofrece participar en ella, como de su mismo Ser.
Divinización y santificación no son meramente convertibles entre sí –cual trascendentales—sino que son simpliciter homologables, sinónimos.

el Athonita

Anónimo dijo...

2. Fácil o difícil no puede ser criterio. No es un premio al esfuerzo. Es un “factum” (recordar las objeciones más ramplonas de los ortodoxos a la Inmaculada Concepción: que no tiene méritos BVM sin lucha contra el pecado, sin el fomes peccati... Lo cual es un craso y obeso error).-

Ath.-

Anónimo dijo...

3. La santidad (como la plegaria, como la fe) se recibe. Es un don. Y no fifty-fifty: es 100% don. ¿Y entonces quién y cómo marca diferencia? Las diferencias saltan en el inmenso y amplio abanico de alternativas posibles ante un regalo:
a): denegarlo, rechazarlo;
b): tomarlo y despreciarlo sin siquiera desenvolverlo;
c): abrirlo, mirarlo un poco y arrumbarlo;
d): aprovecharlo, pero por hacer caso omiso al manual de instrucciones, estropearlo;
e): por iguales motivos que d), simplemente desaprovechar la mayoría de sus funciones;
f): no protegerlo y al primer descuido, verlo fagocitado de un solo bocado por el León rugiente que ronda hambriento;
g/z): variados modos positivos de aprovecharlo.
A lo cual habría que agregar otro alfabeto completo no ya respecto al “modo” sino al regalo mismo: no todos recibimos el mismo regalo; es saludable no olvidarlo (Cf 9).

Ath.-

Anónimo dijo...

4. Por esto es que la santidad no se “construye”, sino que se “habilita”. Y esto está muy lejos de implicar una pura pasividad.
Arduo y fausto trabajo hace falta para dragar un río...
La puesta a punto de la conjunción gracia-voluntad no ha de buscarse por combinación de proporciones, devanándose si será un 20-80 o un 30-70, alejándose con equidistante prudencia de voluntarismos y pietismos subiendo o bajando la dosis de cada parte.
Gracia y voluntad no conforman dos partes de un todo.
Toda la santidad en el Hombre es fruto de la gracia. Todo es gracia. Hasta el ínfimo suspiro de compasión por el otro o ese minúsculo movimiento de compunción por el pecado. La voluntad, a su vez, atraviesa todo el itinerario, pues ninguna gracia puede inherir en el hombre sin que la voluntad otorgue su “fiat-amén”.

Ath.-

Anónimo dijo...

5. Las virtudes heroicas (que estudia el proceso de canonización) NO constituyen una suerte de chasis humano, forjado con materiales humanos, con ingenio humano y empeño humano... al que se le instalara un potente motor divino (llamado Gracia), con el cual sale el vehículo de los santos de boxes a las pistas... No, por Dios que no.
Las virtudes heroicas son el milagro.
El extraordinario milagro que hace Dios en una persona, cuyo mérito, cuyo ÚNICO mérito es la irresistencia (“dejarse impregnar completamente de Dios”, como nos arrima Cristián desde la SS de BXVI).
Como el vidrio del vitreaux no se resiste a los rayos del sol y de noche no luce poco sino nada: pues toda su belleza consiste en ser atravesada, desde afuera, por la luz.

Ath.-

Anónimo dijo...

6. Los términos pueden enredarnos en un debate estéril, es verdad. Pero con un poco de cintura (analogía) y apertura (participación), creo que sería interesante para la teología de la santidad rescatar el concepto de “milagro”, como lo que en verdad acontece extrañamente en la vida ordenada de una persona. El santo es un extraño (un loco, dirían los rusos). La santidad es lo inmediatamente más-allá del justo orden, del sensato y mesurado equilibrio de la armonía interior... y de ahí que es un fenómeno extraordinario.

Ath.-

Anónimo dijo...

7. Todo santo es un huracán desestabilizante. Pero en esto importará atender a los signos pneumáticos y no carnales (cuídome de no decir signos interiores y no exteriores). Pues en esto coincido con Eduardo en que los hay muchos más de los que creemos. Lo cual no significa que los haya a granel (acá sí importa el manejo de números y proporciones para entender que mil canonizaciones ni mueven el amperímetro del asunto, ni cabe hablar de inflación cuando no se está reconociendo la santidad ni de una billonésima parte de los bautizados en Cristo Jesús. Aunque tuviéramos cienmil santos, seguirían siendo “casos aislados”, “aves raras”, fenómenos extraordinarios e inusuales de la Gracia atravesante.

Ath.-

Anónimo dijo...

8. La santidad es un misterio. Y en muchos —sin desdecir con esto lo del huracán— un misterio escondido. En algunos se despliega durante largas décadas y en otros se desenvuelve (el regalo, claro está) en un sólo instante. Nos han dicho muchas veces —para neutralizar lo de Borges— que nadie podría responder con el martirio si no fuera desde una larga y fraguada vida de virtud: pues yo creo que no. Que puede ser una gracia fulminante, dada y recibida en lo que a un suicida le lleva recorrer la distancia del puente al agua... (Vianney). No necesita Dimas demostrarnos que “antes” fue un buen tipo, más allá de algún que otro robo... Pues ni siquiera (me meto en callejón más estrecho aún) recibe el “hoy estarás conmigo en el Paraíso” en respuesta a su mea culpa y confeso dolor por el Inocente. Como dice san Agustín: está en el paraíso porque le creyó al Señor y le aceptó al Señor estas palabras: hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Y como es un misterio, no alcanzan los medidores externos para inferir que tal o cual lo sean plenamente. Es la única explicación que hallo a la exigencia del “milagro” que pide la Iglesia para beatificar y canonizar. No es un acto temerario ni un “si eres santo baja de la cruz y todos te creeremos”: si no un modo de pedirle a Dios que nos revele lo que no podemos concluir por nosotros mismos, aún exhumando todos los actos y gestos y diarios íntimos del candidato... Que nos muestre con un diminuto milagro (curación de un cáncer, por caso) que Él ha hecho un milagro magno (la santidad en tal persona).

Ath.-

Anónimo dijo...

9. Dejo en el tintero del blog algo interesante que trae Natalio: esta santidad ¿es por sí o no? ¿O admite grados? Grados –ante todo- entre los que ya partieron (alguna vez —no pierdo la esperanza— la Iglesia nos hará esa emprolijada, para distinguirnos un san Agustín de una fundadora cualquiera de congregación...) y que beato o siervo de Dios no fueran procesos inconclusos o en tránsito sino de sentencia firme y permanente (cual un diácono de bigotes).-
Pero lo digo también, respecto al ‘in fieri’ de esta vida, donde “lo santo”, como sugiere el neutro latino, es un milagro ya en ejercicio dentro nuestro, buscando el “ganz” de la cita de Cristián.

Ath.-

Anónimo dijo...

Me tildé con la bellísima cita de SS, “dejarse impregnar completamente de Dios”, que nos quedó —cosas que ocurren más seguido de lo que sospechamos— más bella en nuestro español que en su original alemán, donde dice “ganz von Gott haben durchdringen lassen”, o sea: personas que en su totalidad (ganz) se han dejado/permitido (lassen) atravesar/penetrar (durchdringen) por Dios.
Nuestro “impregnados” le saca un par de cuerpos, a mi paladar... tiene un lindo sabor bautismal, ¿no?

Perdón por el barbado desorden que genero en este querido blog...
Ath.-

Natalio Ruiz dijo...

Empezaron a llover argumentos!!!!!!

Creo que estamos de acuerdo en todo.

Algunos puntos. Lo de santidad y divinización, de acuerdo. De hecho, lo que brilla en los santos no es otra cosa que la Gracia por la que participamos de la Naturaleza (para que vean que todo tiene que ver con todo) Divina. Ahora, esa Gracia, como dice San Pablo es "multiforme" (o como quieran traducirlo), es decir, en tanto no podemos alcanzar "la Santidad" o "al Santo" se manifiesta de diversos modos.

Ahora, esto último, es lo que creo que busca mostrar y enseñar la Iglesia canonizando (o, beatificando, haciendo siervo de Dios, etc) a determinado Santo.

Por ello también la importancia de lo "extraordinario" (entrando de nuevo en lo de Cristian de "política canonizadora") a la hora de evaluar que modelo o molde proponer.

Digo, como para seguir sumando....

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

Como soy muy desordenado para conversar, olvidé comentar tres cosas:
1. que a CR la ka adicional le queda muuuy mal, cuánto más en tiempos de elecciones como estos.
2. Mary: ¿yo dije eso de que no hacía falta aprender a rezar? Si lo hice, atenté contra mi propia vocación, al pertenecer hace 20 años a una congregación abocado de un modo exclusivo a la oración y la enseñanza de la oración,,, Tal vez lo que quise decir fuera más bien que lo que desde afuera nos compete en materia de enseñanza sea ayudar al otro a “dragar”, a desobstaculizar el libre fluir del trato de y con Dios.
3. Borges: daría para un largo post. Las dos citas volcadas (Natalio y Eduardo) y una docena y media más... Estoy justamente leyendo un libraco (600 páginas) de un buen amigo –sacerdote- que acaba de editar una obra dedicada a la subterfugia o tímida teología de Borges,,, o al menos,,, para no exagerar el tiro: a su “poco convencido” agnosticismo...
Kodama lo leyó antes de la edición y frunció el seño...
Después les cuento.

ath.-

Anónimo dijo...

ah, había una cuarta cosa: no entiendo los jeroglíficos que agrega Mary en sus comentarios. Algunos mails que recibo (sobre todo de hijos adolescentes) suelen traerlos también: me confieso supino ignorante de esos códigos... Que al menos nos ofrezca una tablita de equivalencias...

Ath.-

Natalio Ruiz dijo...

Acuerdo con la tipología de símbolos con indicaciones para neófitos. Con mucho esfuerzo logré entender que :) es una sonrisa pero ahí quedé.

Con relación a la teología de Borges.... y siguiendo con mi espíritu caradura que habla de lo que no sabe delante de los que saben.... no creo que exista tal cosa. A mi modo de ver era demasiado soberbio (que la quiere jugar de humilde) como para abrazar una idea y quedar expuesto al error. Siempre hace hablar a otros, hace juegos de palabras, ecuaciones lingüísticas o cualquier otro artilugio para evitar el bulto.

Lo digo desde la admiración que me produce como escritor (aunque no como artista).... Como dice el monje, da para mucho.

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Olvidé agregar ¿Kodama sabe leer?

Respetos (no para ella).

Natalio

Mary Lennox dijo...

Athonita quizas yo interpreté mal esto que usted dijo:
"La plegaria tiene un esse propio, que es divino. Es vínculo, sin más. Como dice san Juan Clímaco: “No se aprende a ver: es un efecto de la naturaleza. Del mismo modo, la belleza de la oración no se aprende por la enseñanza de otro. Ella misma hace de Maestro de sí misma, pues es Dios; y Éste da el Don de Sí a quien reza.” (Escala, Grado 28)."
Pero a mi me da a entender que no se puede aprender o enseñar a rezar...
Ahora bien, paso al diccionario de "emoticones simples para no iniciados": (ayuda verlos con la cabeza de lado)
:-) Sonrisa
;-) Guiño
:-p Carita con lengua ajuera pa las bromas.
:-( Cara Triste
:´-( Cara llorando
X-( Cara de enojo
:-| cara de uhm o nada
B-) Cara canchera
:-/ Cara "uhm bueno..."
Estas son las que más comunes despues siempre hay codigos privados como :-$ es la cara de Vergüenza.
En fin espero haber sido de ayuda :-)
Saludos
Mary

Natalio Ruiz dijo...

Cómo me hizo reir el vocabulario de Mary! Es notable hasta dónde llega la imaginación....

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

Gracias, Mary! Dudo que haga uso de ellas, pero al menos entenderé cuando me las dirijan.
Y ya que en la Argentina celebramos el Corpus este Domingo en ciernes, va mi humilde homenaje al augusto Sacramento, con estos magros versos:


CONTRATIEMPO

Extranjero
Te han llamado.
Único, Foráneo, Ajeno arriesgaron.
Eterno incrustado en el tiempo.
Gólgota siempre de nuevo.
Aporto yo mi desvelo
Que es percance y desatino:
Ante tu Pan terreno y tu divino Vino
No veo que el tiempo se detenga
Ni que el Cielo inaugure su prebenda.
Más bien -y me descalzo de verdad-
Cuando a tus pies entrego mi instante
Y éste contacta tu tempoeternidad
El ordenado fluir de los momentos colapsa
Y el Cronos invierte su secuencia
Huyendo sobre su propia huella
Hacia el Origen hecho Meta.
Y yo comienzo a ver desfilar
Primero lento y luego en veloz celeridad
Mi ayer, mi juventud, mi infancia y nacimiento
Mis ancestros, más raíces, de infamias y aciertos.
Concilios, papados, reformas, cruzados,
Espadas y remos, sandalias y ruegos;
Las llagas de Francisco, arrobos en Duruelo,
Cuevas y éremos y Padres del gran Yermo...
Y cuando lo voraz comienza a amainar
Sé que está ya pronto el último puerto:
Y abriéndome paso entre el gentío
Llego a los pies de Tu Madero
A beber -en su Fuente- el calmo Río.
Y allí se agolpan, llegando tardíos
Uno a uno, los momentos hasta aquel más lejano
En que me hinqué callado
Ante tu Pan y ante tu Vino.

el Athonita