martes, 29 de septiembre de 2009

Los judíos, Muret, el Coronel y el fin del mundo

Hace mucho que estaba sin aportar por el blog. Como cada tanto ocurre, la profesión me impone las tiras y me hace correr de aquí para allá durante un tiempo. Lo curioso de este caso es que ello no impidió que siguiera pensando en el blog.

En uno de los frentes me encontré, casi que como adversario, a un afamado comentarista de importantes blogs: Muret. Después de enterarnos que conocíamos infinidad de círculos, gente y otras tantas cosas en común, descubrimos también que compartíamos afinidades espirituales.

En uno de los recreos surgió el asunto que hoy traigo y utilizo para darle una cálida bienvenida al blog, rendirle un pequeños homenaje por su condición de "sesudo comentarista" e invitarlo a que escriba en este humilde espacio.

Comienzo por algunas cuestiones preliminares, indispensables para lo que sigue.

No es ningún secreto que el día de los judíos comienza con la aparición de la primera estrella de la noche, es decir, el sábado comienza con la primera estrella del viernes y así con todos los días. Es una tradición inveterada que otro día podemos ver, pensar y discutir como quedó en el Cristianismo (porque hay opiniones encontradas).

Ya les he contado que la tradición judía sostiene que "Dios crea al mundo mirando la Torá". Es decir, en la Torá están todas las explicaciones acerca de lo creado.

Todo el mundo sabe también que el relato de los días de la creación es fuente de inspiración de mil doctrinas en el judaísmo (en especial para las corrientes cabalísticas) y que, en particular, es lo que determina su "Shabbat" o descanso semanal. Así como Dios descansó el séptimo día, también los hombres descansan el séptimo día.

Por su parte el Salmista reza: "un día en tu presencia son como mil años......"

¿Y qué con todo esto?

Todo eso sirve para que se entienda una idea de la tradición jasídica.

El tiempo es histórico para nosotros pero no para Dios y tampoco para "todo" lo creado. Los siete días de la creación, por ejemplo, fueron, son y serán. Existieron en un momento determinado de la historia pero, de otro modo, están siendo....

Ellos entienden que en la Torá Dios revela las reglas y los secretos del mundo. En particular, en el relato de los días de la creación Dios revela la historia y la medida temporal del mundo.

¿Y cuál será la medida del "pasaje" de los días a las "jornadas" en la historia del mundo? Un día en tu presencia son como mil años......

Entonces hacen cuentas y empiezan: el primer día fueron los primeros 1.000 años, el segundo......., hasta el séptimo día que empieza con el año 6.000.

Pero como el día no comienza con el alba sino con la primera estrella, el séptimo día no comienza en el 6.000 sino con la primera estrella de la noche anterior. ¿Y cuál será? Hay varias teorías y se matan entre ellos pero básicamente están los que dicen que se produce con el primero después de la mitad (año 5.501) o los que dicen que es en realidad el primero después de la mitad de la mitad (año 5.751).

Es decir que estamos ingresando (o ya ingresamos) en el Shabbat de la historia de la humanidad. ¿Y qué significa esto? En resumidas cuentas puede decirse que implica la llegada del Mesías y, con él, el establecimiento de Shalom sobre la tierra (que es algo más que paz como suele entendérsela aunque es correlativo al verdadero sentido de paz como "tranquilidad en el orden"). La vida plena y feliz del mundo bajo el reinado del Mesías por un término de 1.000 años.

Los judíos acaban de celebrar el Rosh Hashana 5.770 y todas las corrientes jasídicas están alborotadas con la inminente llegada del Meshiaj con la que deben colaborar como ya charlamos (unos entienden que ya nació pero todavía no se manifestó, otros creen que fue "el Rebe" (el último de Lubavithch) que seguirá en espíritu, otros entienden que se manifestará con el nuevo templo, etc.).


Pasando al Cristianismo....

Este reinado del Mesías durante mil años tiene una vertiente herética conocida como milenarismo.

Sin embargo, el amigo Coronel (que en este juego de casualidades y causalidades quizás conozca a Muret) decía (cuando hablamos del Pueblo de Sacerdotes) que hay una posibilidad no herética de la cuestión. Nos recuerda que el catecismo ha introducido un costado de la cuestión al decir:

674 La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinad o de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús (Rm 11, 20). San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21). Y San Pablo le hace eco: "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?" (Rm 11, 5). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).

Y la respuesta de San justino al judío Tifrón .

Por su parte, Muret mete bocado recomendando San Elías de Michael O'Brien.


Yo vuelvo a los ciclos de la historia en la Cristiandad. Y para que no me acusen de buscar citas "ad hoc" sólo traigo un par citadas en el artículo recomendado por el Coronel:

“La séptima edad será nuestro sábado, y que no tiene atardecer y concluirá en el día dominical, día octavo y eterno, consagrado por la resurrección de Cristo, y en el que se dará descanso eterno no sólo del espíritu sino también del cuerpo” (San Agustín)

“Así como Dios en seis días creó el mundo, y en el séptimo descansó, así el cuerpo místico de Cristo tiene seis edades, y una séptima que corre junto a la sexta” (San Buenaventura)

“Este octavo día -dice allí San Agustín- es la nueva vida al fín de los siglos. Y el séptimo es el futuro descanso de los Santos en esta tierra. Pues reinará el Señor en la Tierra con sus Santos, como dicen las Escrituras, y tendrá aquí la Iglesia en la que no entrará mal alguno, separada y limpia de todo contacto de perversidad” (San Agustín)

¿Y entonces? Entonces nada, hay mucho para pensar......


Natalio


18 comentarios:

Walter E. Kurtz dijo...

Estimado Natalio: Me había olvidado de este tema. A propósito del mismo, hace cosa de un mes se editó (creo que sólo en inglés) una serie de escritos juveniles del Papa; en uno de ellos, el entonces joven Ratzinger discurría acerca de Joaquín de Fiore y San Buenaventura, especialmente en cuanto al tema de las "edades". Es interesante pero no conservé el link. Quizá algún buen googlista pueda ayudarnos.

Suyo,

WEK

NB: Entre mis recomendaciones, también le comenté un libro excelente que, lamentablemente, es difícil de conseguir en la Argentina: "Mundo histórico y Reino de Dios" del profesor Canals Vidal. Allí hay muy buenos apuntes sobre estos temas y, de hecho, la referencia al trabajo sobre el Dr. Seráfico lo tomé de él.

Muret dijo...

Estimado Natalio: Muchas gracias por la introducción, de lo más inmerecida, se lo aseguro. Lo de O´Brian era una idea que tiré por lo familiar, después de haber escuchado su fascinante discurso, que ignoraba por completo. No tenía idea, hasta que usted me hablo de ello, de este tema, y por supuesto me dan ganas de aprender más. ¿Me sugiere por favor alguna literatura que le merezca cconfianza?. Es que el tema de la cabala está tan manoseado, que no sabría por donde empezar.
Y si lo que postea resulta que es cierto, agárrase fuerte el sombrerito, que cosas veredes. Con Fe siempre, por supuesto. Y esperanza.
Un fuerte abrazo
Muret

Anónimo dijo...

En el Adviento pasado, unos monjes bajaron de su Desierto para anunciar, ante un multitudinario auditorio, que el Fin estaba próximo y era inminente.

Lo más interesante -a mi entender- fue que dicha proximidad e inminencia era tan rotunda y real como incierta en cuanto a su concreción temporal. Y aunque podía tardarse varios milenios más, no por eso dejaba de seguir siendo próxima e inminente, sin eufemismo alguno.

Desde la Ascensión hasta la Parusía, la iglesia vive en el umbral, y otea el Eón definitivo balconeando el Octavo día desde este umbral.

Concluyó la conferencia con un poema que aquí copio. Espero que el autor no tome a mal esta licencia... aunque es presuponible que estos rudos monjes no tienen acceso a Internet, y menos que menos, a debates blogueros... Sería todo un oxímoro, como dijera Natalio cuando se topó con un monje suelto en el ciberespacio.

Va el poema, llamado "DESDE EL UMBRAL"


Y me fue dado el umbral
sin más consigna que dejarlo ser
en mí.
Como hontanar del abismo interior, donde hambrear la Luz.

Oh Aurora del Mundo futuro:
fulgor y aureola de cuanto ocurre,
Tus sombra y penumbra son el clemente respeto a mi ceguera;
Tus atados vientos, la calma soberana que antecede a los Hechos;
Tu rojo y naranja,
la sacra impaciencia de un Dios amaneciendo.

Desde el sereno umbral percibí toda la inminencia.
Sombras y rumores de cítara y trompeta,
copas y caballos, sellos y perfumes;
estrépito de carros;
incensarios en danza
rumor de llaves…
y el inquieto aleteo de presurosos ángeles.

Y con el suave clarear y el sedoso levante de la bruma,
sin hablar, sin que se escuche Tu Voz,
como lento León, de pesado y mudo andar
emerge tu cristalina figura, en blanco, dorado y fuego,
grácil y humilde como Pan de Cordero
grave y firme, como Rey y Señor.

Y viéndoTe a los ojos avanzar sobre mí,
lo entendí:
que la dicha del umbral no está en mirar,
sino en ser visto por Ti.

Natalio Ruiz dijo...

Coronel, yo no me olvido...

Avise si les consigue el rastro a esos libros, es interesantísimo.

Y no olvide que su perfil lo ubica "perfilado" a la parusía.

Respetos.

Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Ay Muret... lo que ud. pide es verdaderamente complicado para responder por este medio.

De "nuestro lado" creo que lo mejor es "De la Cábala al progresismo" de Meinvielle.

Después el asunto se complica porque se suele hablar "desde afuera", es decir, sin meterse en la interioridad del mundo judío que es inmensa (no así Meinvielle que se la pasó leyendo...).

Y la cuestión es complicada porque antes de hablar de nada tendríamos que ponernos de acuerdo acerca de: ¿qué es la Cábala? Porque ocurre que la palabra Cábala alude a lo "recibido" o a lo "dado" casi como equivalentes a nuestra palabra "tradición". Y entonces podemos encontrar mil "tipos" de cábalas distintas: unas más gnósticas, otras más numerológicas, otras más mísitcas, etc.

Por eso es importante decir de qué está uno hablando cuando habla de cábala. En este caso particular hablo (y por eso lo cito aunque quizás pocos identifiquen qué sea) del jasidismo (y casi siempre en la línea de jabad).

Por ejemplo, si tomamos la frase "Dios crea al mundo mirando la Torá" está en el Talmud, y como tal (desde el punto de vista escrito sin considerar las tradiciones orales) sería anterior al Zohar (corazón de la Cábala) u otros textos centrales. Entonces la Cábala opera como una corriente interpretativa de la misma frase talmúdica que puede tener los mismo correlatos "no cabalísiticos".

Por otra parte si tomamos la Cábala en su "tradición oral" vamos a encontrar que puede ser varios siglos anterior a Cristo y podríamos considerarla como una tradición paralela dentro del mismo mundo Hebreo.

y así podríamos seguir limando distinciones...

Yo, cuando me meto sigo las siguientes premisas (para interesarme o no):
- que se trate de un "método interpretativo" de la Torá (es decir, lo que combinan cualquier otra cosa los dejo de lado)
- que se trate de judíos ortodoxos (que no mezclen con new age o ecumenismos raros)

En ese orden y si se anima hay mucho...

Respetos.
Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Escuché esas charlas:
Querido anónimo (ponga un seudónimo al menos....)

¡¡¡Excelentes!!! (se pueden adquirir por un módico precio...., digo, ya que estamos en la onda....) Es más, hay allí un par de cosas que podemos traer para boxearnos entre todos un rato mientras pensamos.

La imagen de los caminantes bordeando el abismo todavía me retumba.

Me voy a urgar en mis recuerdos de tan lindas charlas para mezclar un poco con lo que charlamos aquí....

Gracias por el aporte!

Respetos.
Natalio

Natalio Ruiz dijo...

Y una más para el amigo Muret...

Lo del P. Elías lo puse porque me resultó super interesante el planteo tal cual lo expuso (y luego visité en la página). Me pareció que puede resutar también para otros como yo que no supimos leer el libro... (que urgentemente leeremos).

Respetos.
Natalio

el Athonita dijo...

Valiosa y variada la cuestión. No entiendo un pito de judaísmo y cábala,,, pero estoy ávido de aprender...

Me apasiona mucho esto de vivir irreductiblemente en el tiempo final, no por ello el fin de los tiempos.
Sexto y séptimo “Día” que cual río orillando el acantilado —diría Newman— no se derrama en el océano eterno, pero acompañan el precipicio, en paralelo, a metros del abismo...

Tengo justamente sobre mi mesa de luz el ladrillo naranja de “El Padre Elías”: muy buena la novela!! Pero con poco tiempo para avanzar,,, no he logrado ni un tercio, pero es excelente.

Hablando de los días de la Creación, me gusta mucho lo que los Padres interpretan respecto a la creación de la luz en el día Uno. Pues no es ni el sol ni la luna,,, ¿qué es entonces el fiat lux del día primordial?

Esta vez sí: es pregunta retórica... pero la dejo abierta para escuchar versiones. ¿tendrá que ver con el Octavo día?

el Athonita dijo...

perdonen mi ignorancia: dónde está el link para el comentario de Muret a la novela de O'Brien?

Natalio Ruiz dijo...

Gracias Athos por la aclaración de mi figura del acantilado.... la explicación de aquello por el monje en cuestión.... es lo que me quedó percutiendo.

Esperaba algún comentario suyo sobre la vuelta del Mesías, los mil años, el milenarismo, etc....

El link es un comentario de otro (no de Muret) puesto en la página de O'Brien es: http://www.studiobrien.com/novels/father-elijah.html

Ahora, podría haber un post con un comentario de Muret al libro. ¿Qué opina Muret?

Respetos.

Natalio

Walter E. Kurtz dijo...

Existe, además, un fuerte contenido esjatológico en la liturgia. Y, curiosamente, más aún en el Novus Ordo. Lo que, pensando en lo afirmado por el entonces cardenal Wojtyla en el retiro papal de Cuaresma del '76 (recopilado en el libro "Signo de Contradicción"), me hace a veces especular si los los últimos Santos Padres no sabían algo que nosotros no.

Y, hablando de "edades" y "tiempos", tiro un tema arriba de la mesa. Tanto una vieja interpretación de la "profecía" de San Malaquías (sea apócrifa o no, no viene al caso), como el cardenal Newman --entre muchos otros--, hablan de que éstos son tiempos benedictinos. ¿Mera coincidencia? Si non e' vero...

el Athonita dijo...

Confieso ser un poco bruto en este tópico. O al menos no un experto, como los sé a otros. Sé poco de milenarismo, aunque entiendo que –de algún modo- es el caldo de cultivo de integrismos y progresismos que confiaran su expectativa y labor eclesial en favor de que aquel “mi Reino no es de este mundo” mutara finalmente de signo... Y no: no mutará, pues su Palabra es inmutable.

Por mi faena, más que desde la Teología de la Historia, he enfocado siempre la Escatología desde el tópico de la plegaria, y sus repercusiones en ese terreno.

Y no son pocas, créanme.

Pues es todo un tema eso de rezar “coram” el Retorno del Mesías. Retorno que ya ha comenzado, ciertamente. Retorno que es un gerundio... Como aquel “Dios-está-salvando”, éste dice “Dios-está-volviendo”. Rezar de cara a esta inminencia es ejercicio bello e intenso.
Es un nombre hermoso que porta nuestro Señor: el Inminente.

Entiendo –o sospecho al menos- que el resto fiel de Israel puede llegar a cumplir el famoso pasaje paulino que alude a su conversión, sin ingresar formalmente a la Iglesia, al modo de Edith Stein y tantos testimonios bellos intrahistóricos. Pienso que tal vez alcance, para que se cumpla la profecía, que ese Resto Lo reconozca a Cristo al momento (intrahistórico, pero gong del final de la historia) en que Éste aparezca glorioso cabalgando desde el Oriente. Y digan: ¡es el Mesías! Aunque se hayan tragado la primera venida...

Si dije un disparate, acepto gustoso ser correjido.

el Athonita dijo...

Sigo, ya que no había leído lo último del Coronel y me inspira esto: creo que el gran desafío es a perseverar en esta paradoja:

que sea auténticamente inminente el Retorno,
cuan abruptamente incierto su cuándo.

Si no yerro, es el planteo de Newman.
Claro: más fácil es engordar lo primero, engordando a la vez pruebas, sospechas, signos y demás instrumental de que es nomás pronto, en su acepción temporal, distendiendo la incómoda paradoja.

Pero se me hace que el desafío de todas las generaciones cristianas ha consistido en lograr “tensar la paradoja” hasta hacer chirrear los tientos, de no saber ni el día ni la hora y saber con igual intensidad y sin detrimento alguno de su intensidad, que está a un triz de volver...

Es el río acompañando el acantilado.

Creo yo que no le hacen favor a esta exquisita doctrina los que intentan ayudarla promoviendo la sospecha de que nos va a tocar nomás a nosotros. No hace falta. Lo que hace falta, como dirá Newman de nuevo, es aguzar el oído para percibir ese redoblar de tambores, “las señales de los caballos blancos que están siempre apareciendo, siempre desapareciendo”... cual un ejército alistado, a punto de desatarse en batalla. Pues ocurre siempre en el ‘cuadro’ contiguo a nuestro hoy, aunque nuestro hoy le termine no pasando la antorcha del presente a ese cuadro sino a otro…
Y así, sólo Dios sabe hasta cuándo. Aunque siempre, siempre el Regreso se halle “próximo”, no en la acepción temporal sino casi física... Y esto no es un eufemismo: templa toda una “postura” ante la vida, y ante la Vida.

Es la pole-position desde donde mejor se reza,,, al menos en mi prosaica experiencia.

Anónimo dijo...

Se ve que somos varios los de aquella charla de Adviento (no sabía Natalio que viajaba Usted para estos lados). A mí, de aquello, me impactó esto, que trascribo fielmente no por ser un buen apuntador, sino porque el conferencista me convidó su apunte. Y hablando allí de la “delgada tela” —al decir de san Juan de la Cruz— que separa al tiempo de la eternidad, remata el monje cuyano:

“tela que el orante impacienta por rasgar: ¡Si rasgaras de una buena vez el Cielo!!!, clama el profeta (...) Pues esta delgadísima “tela” es la mismísima Eucaristía. Ella preserva el Mundo y el Tiempo, ataja Lo Eterno y a la vez lo enfoca. Tras Su aparente fragilidad, hace de férreo terraplén entre el curso final de nuestra Historia y el Abismo de lo Eterno. Ella es el arremolinarse del Cronos en su propio estuario. Pues Ella es el Fin del Mundo, en su sentido más teleológico y a la vez físico.
Allí, tras ese blanco umbral, comienza Lo Abierto… Mirarla fijamente es ‘entre-ver’ –entre visillos- el Apocalipsis iniciado. Por eso, ni bien se hace Presente esta Ventana, aguijoneados por este vislumbre, clamamos los Videntes de la Liturgia: ¡Ven Señor Jesús!”

Uranga Imaz

edumangia dijo...

Muy buenos y acertados los textos del Athos (¡como siempre!). Ahora, en lo literario tenemos que divergir: la verdad a mí la novela de O'Brien me pareció simplona, con una idea de fondo que hubiera sido buena pero que requería alguien con un poco más de profundidad. Me ha parecido que salvo algunas páginas más logradas, en muchos momentos el autor quiere picar alto... y no llega. Opiniones, ciertamente... pero me parece que la novela simplifica tanto algunas cuestiones de eclesiología y de historia contemporánea que termina pifiando el registro.
Por otro lado, no debemos olvidar que la apocalíptica es un registro de lo escatológico (fundamental, por cierto) pero no es el único, y como tal se completa con los otros modos de abarcar los temas de la esperanza y el final de los tiempos (desde la Escritura misma y también desde la tradición de la Iglesia).

Mary Lennox dijo...

¡Vuelvo a mi guau! Todas estas cosas se las decía una y otra vez a mi abuela. Hay un misterio tan grande en Israel... El pueblo elegido y el pueblo que condena. Una doble cara propia también de la humanidad. Sí hay mucho por aprender para robustecer más nuestra fe.
Saludos
Mary
P.S.: ¡Piacere Señor Muret!

Natalio Ruiz dijo...

Muchas cosas....

Voy por algunas que me resultan particularmente interesantes:

Lo de los tiempos benedictinos... no sé nada al respecto, Coronel me indica donde leer? En cualquier caso me parece el diagnóstico más justo para estos tiempos, como diagnóstico propiamente dicho y como remedio también.

Lo de la luz y el sol, recuerdo que Straubinger traía una nota al respecto con la cita de un científico... En cualquier caso parecier que más que luz es algo como "energía" y tiene mucho que ver con el tohu y el bohu de la tierra al primer momento.... muy largo para charlar durante rato.

En otro rato me escapo y sigo...

Respetos.
Natalio

Anónimo dijo...

Entiendo yo que el primer día de la Creación, más que el primero de una serie, es el día Uno (de unidad), la primicia, lo primordial, la prima... Como la obertura de una ópera trae como la versión resumida y concentrada del desarrollo musical posterior.

Y lo que Dios allí, de la nada instala en el ser es el ser mismo. Es decir, Hace Dios que las cosas no sean meras sombras de prototipos divinos, sino que "tengan" el ser.
Varios Padres llamaron a esta "lux" el don del existir... el "esse" participado, tras lo cual, creó las esencias diversas.

Otros, sin alejarse mucho de esta idea, la refieren a la Gloria divina. El Mundo fue hecho incoando en él la Gloria de su Autor. Un Cosmos preñado de secreta Gloria, que es la "lux" derramada en aquel Día primordial.

Otros hablarán de la cognocibilidad: Dios el primer día hizo que todo lo que los días subsiguientes hiciera fuera traslúcido, inteligible, elocuente, entendible. El Wort-karacter de Guardini...

Y otros, por fin, y me atrevo a sospechar que es el tiro de Athos, dirán que el día Uno, Dios hizo el Octavo día, y lo dejó larvado en el hondón de cielos y astros, peces y algas, aves, reptiles y humanos. Por eso la Parusía es parto, como bien entendió Saulo de Tarso.

Y otro, que soy yo, me atrevo a sospechar, que todos en el fondo, han dicho lo mismo.

FRM (cuyo)