lunes, 28 de julio de 2008

Habla bien del problema del mal


Ya van dos post acerca del problema del mal: uno por Wanderer y otro por viven.


Espero que el tema les interese porque vendrán muchos más, es un tema que, paradójicamente, me tiene mal.


Mientras llegan otros quiero compartir unos textos no muy conocidos de San Agustín agrupados en un libro que creo que lo han llamado "83 cuestiones diversas", si alguien pide precisiones lo buscaré.


¿El hombre es malvado, siendo Dios su creador?

Ningún hombre sabio que actúa hace perverso al hombre. En efecto, no es pequeña semejante culpa; más aún, es tan grade que no puede caber en un hombre que sea sabio. Ahora bien, Dios es superior a todo hombre sabio. Luego, mucho menos Dios creador hace perverso al hombre. Porque la voluntad de Dios es mucho más excelente que la del hombre sabio. En consecuencia, cuando se dice que Él es el Creador, se dice que Él lo quiere. Luego es un vicio de la voluntad lo que hace perverso al hombre. Vicio que, si está tan lejos de la voluntad de Dios, como lo demuestra la razón, es preciso investigar en qué consista.

¿Cuál es la causa de que el hombre sea perverso?

Para que el hombre se haga perverso, la causa está o en él mismo, o en algún otro, o en nada. Si está en la nada, no existe ninguna causa. Si por en la nada se entiende en el sentido de que el hombre fue hecho de la nada, o al menos de los elementos que fueron hechos de la nada, la causa estará de nuevo en él mismo, porque su cuasi-materia es la nada.

Si está en algún otro, hay que investigar si está en Dios, o en otro hombre cualquiera o tal vez en algo que no sea ni Dios ni hombre. Pero no está en Dios, porque Dios es la causa del bien. Si en el hombre, está o por la fuerza o por la seducción. Por la fuerza, de ningún modo: ¡cómo va a ser más fuerte que Dios!, ya que Dios creó al hombre tan perfectamente, que, si él quisiera permanecer perfecto, ninguno se lo podría impedir. Si concedemos que el hombre se pervierte por la seducción de otro hombre, habría que investigar de nuevo: este seductor por quién fue pervertido. En realidad, un seductor semejante no puede no ser malvado. Nos queda un no sé que, que no sea ni Dios ni hombre. Pero, sea lo que sea, o emplea la fuerza o la seducción. Si la fuerza, ya queda respondido arriba. Si la seducción como sea, porque la seducción no obliga al que no quiere, la causa de su perversión vuelve a la misma voluntad del hombre, ya sea pervertido con o sin seductor.

El mal

Todo lo que es, o es corpóreo o es incorpóreo. Lo corpóreo está contenido por la forma sensible; lo incorpóreo, por la forma inteligible. Ahora bien, lo que es no está sin una forma. Y donde hay una forma, necesariamente hay una medida y un modo, es algo bueno. Luego el sumo mal no tiene modo alguno, porque carece de todo bien. Por consiguiente no es, puesto que no es por forma alguna. Y todo este nombre de mal se deriva de la privación de forma.

¿No es Dios el autor del mal?

A quien es autor de todas las cosas que son, y a cuya bondad pertenece únicamente el que sea todo lo que es, no puede pertenecer en modo alguno el no ser. Todo lo que falta, deja el ser de aquello que es, y camina hacia el no ser. Pero ser y no fallar en nada es el bien, fallar es el mal. Más aún, aquel a quien no pertenece el no ser no es causa del fallar, es decir, del caminar hacia el no ser, porque, diciéndolo de una vez, es la causa del ser. En consecuencia, únicamente es la causa del bien, y por tanto Él es el Sumo Bien. Por lo cual no es autor del mal quien es autor de todas las cosas que son, porque en tanto son buenas en cuanto que son.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias natalio! muchas, muchas gracias!! glorioso rescate de bibliófilo.

Natalio Ruiz dijo...

De nada, estimado anónimo, muchas, muchas de nadas!!

No creo que sea un glorioso rescate, ni mucho menos. No obstante, se trata de textos que no suelen citarse y que tienen mucho valor por la explicitación del razonamientos.

Respetos.
Natalio